SERIE: MIL PALABRAS DE NATURALEZA - 2

EMBALSE DE LAS VENCIAS                    .......un oasis en el páramo estepario castellano

Esta masa de agua se establece sobre el río Duratón, vecina aguas abajo del conocido Parque Natural de las Hoces del rio Duratón, y ya fuera de éste. Su emplazamiento es una muestra de la integración del agua sobre una zona desarbolada con fuerte continentalidad, amplitud térmica y constantes vientos.

La lámina de agua se emplaza a una cota de cauce de unos 800 m y con una ocupación de 70 has, y se dispone sesgando los extensos cultivos de secano entremezclados con eriales espinosos de la planicie castellana. El embalse se asienta sobre uno de los cortes del terreno que los ríos castellanos labran sobre la costra caliza mesetaria.

La original función hidroeléctrica del dique del embalse ha sido suficiente como para que a partir de la acumulación continuada de un volumen suficiente de agua, se establezca un microecosistema en torno a dicha acumulación acuática, favoreciendo el paulatino desarrollo de especies animales y vegetales ligadas a la disposición prolongada de ambientes etéreos húmedos, aun manteniendo elevados valores de evapotranspiración y condiciones edáficas estructurales de baja retención de humedad.

ORTOFOTO ILUSTRATIVA DEL EMPLAZAMIENTO DEL EMBALSE

SERIE: MIL PALABRAS DE NATURALEZA - 1

Manada de ciervo ibérico (Cervus elaphus subsp bolivari) pastando en praderas agostadas durante la época estival, previo al comienzo de la berrea.

Páramos del río Mesa (Guadalajara)                                          ....esta imágen costó tres días de observación


En la península Ibérica se citan dos subespecies de ciervos: Cervus elaphus hispánicus, que se circunscribe al área bética peninsular, sobre las dehesas de los cursos medio y bajo del Guadalquivir; y Cervus elaphus bolivari, que se distribuye por el resto del territorio peninsular. Aun hoy, los expertos tienen dudas sobre si realmente se puede hablar de dos subespecies o por el contrario es una sola, sin diferenciación genética, pero si fenotípica.

Los individuos de ambas subespecies o razas, en su genotipo puro, presentan la característica de carecer de crines colgantes en el cuello, diferendiándose así de sus congéneres europeos que si las presentan.

LOS SÍMBOLOS DE LOS ENVASES

Por:  Ana Belén Padrino de la Mata (Ingeniera Técnico Forestal y Lcda. en Ciencias Ambientales)
        Gonzalo Carpintero Laguna (Ingeniero Técnico Forestal)

Para continuar con las reseñas sobre esas pequeñas imágenes que se pueden ver en numerosos envases domésticos, de las que un gran número de consumidores desconoce su significado, y que por ignorancia o falta de civismo, muchos, se pueden ver en cualquier entorno natural, sin saber si conllevan un destino reciclable sobre el propio medio, si hay que hacerlo sobre un sistema de gestión, o ninguno de ellos, es decir que no se puede reciclar.


El primero es el símbolo llamado PUNTO VERDE que se puede encontrar en multitud de productos de consumo, cuyos envases son de plástico, cartón, papel o vidrio, o una composición de éstos:

Este símbolo significa es que la empresa productora del envase que contiene el producto que compra el consumidor cumple con la Ley 11/97 de Envases y Residuos de Envases. Esto NO significa que el envase sea reciclable o que este hecho con materiales reciclados, aunque así lo sea casi siempre, significa que las empresas que lo producen y las que lo utilizan pagan una tasa ecológica que las reconoce como que contribuyen al coste del reciclaje de todos los envases, entre los que se encuentra el que ella produce. Más que un símbolo de gestión o composición del envase es una marca que identifica a los productos que contribuyen a esa tasa ecológica que favorece el reciclaje.


Un segundo símbolo que también aparece en la mayoría de los envases es el conocido como ANILLO o CÍRCULO DE MÖBIUS, y representa una certificación expresa de que el producto que lleva inscrito este símbolo puede ser reciclado en su totalidad.

Cuando el anillo aparece con un símbolo de porcentaje en el centro, supone que el envase es reciclable solo en el porcentaje especificado.


En los envases exclusivamente de plástico se incorporan otros símbolos que se representan segun las figuras del lateral, y llevan asociado un número y/o unas siglas, que significan la composicion del material plástico del que están fabricados, pudiendo ser:

      1     PET o PETE  (polietileno tereftalato)
2     HDPE            (polietileno de alta densidad)
3     V o PVC        (vinilo o cloruro de polivinilo)
4     LDPE             (polietileno de baja densidad)
5     PP                  (poli propileno)
6     PS                  (poli estireno)
7     OTHER          (otros)

El símbolo tidyman, ¿que representa?

Por: Gonzalo Carpintero Laguna     (Ingeniero Técnico Forestal)
       Ana Belén Padrino de la Mata  (Ingeniera Técnica Forestal y Lcda. Ciencias Ambientales)


Una breve exposición a un mero hecho cotidiano en el que todos los consumidores nos vemos o nos podemos ver implicados.

Casi todos los productos elaborados bajo un envase o recipiente, o con alguna traza que suponga un residuo, llevan incorporado, impreso o grabado sobre algún punto de su embalaje el siguiente símbolo, llamado TIDYMAN:

Para la gran mayoría del público consumidor, este simbolo no va mas allá de ser una ilustración para concienciar o incitar al consumidor a ser cívico y depositar el envase o residuo en un sitio habilitado para ello, como papeleras, contenedores, etc.

Pero en la práctica, esto viene a ser algo más que una mera apreciación ilustrativa, pues el símbolo representa que es el consumidor, en exclusiva, el que se responsabiliza a propiciar un lugar correcto de depósito del producto, envase o caja, por lo que la inscripción del símbolo sobre el producto lleva añadida una responsabilidad que implica al consumidor en cualquier circunstancia punible y demostrable que pueda causar con una mala gestión del envase.

Así, si un envase grabado con el Tidyman, provoca un incendio forestal, accidente u otra circunstancia que genere responsabilidad alguna, y se puede demostrar e identificar al consumidor que no ha propiciado el adecuado depósito del producto residual causante del incidente, podría dar lugar a la implicación de éste en dicho suceso.

En cualquier caso, la empresa o empresas que han fabricado y distribuido el producto, derivan toda responsabilidad sobre el destino del mismo al usuario o consumidor final, una vez comercializado.

Aludir al hecho que muchos de estos envases residuales son suspicaces de producir daños en el medio natural y rural sobre cualquier elemento del medio, bien en forma de incendios, daños a la fauna, a los suelos, etc, ... y que éstos siguen apareciendo en cualquier lugar no urbanita, por recóndito que parezca.

NORMATIVA DE PROTECCIÓN Y FOMENTO DEL ARBOLADO URBANO EN LA COMUNIDAD DE MADRID

Por: Gonzalo Carpintero Laguna     (Ingeniero Técnico Forestal)
       Ana Belén Padrino de la Mata (Ingeniera Técnica Forestal y Lcda. Ciencias Ambientales)


La Ley 8/2005, de 26 de diciembre, de Protección y Fomento del Arbolado Urbano de la Comunidad de Madrid se establece como el marco regulativo autonómico de los individuos vegetales que interaccionan sobre los cascos urbanos de los pueblos y ciudades madrileñas, de forma que implanta un sistema general de autorizaciones y condiciones que procuran precauciones suficientes y necesarias para el arbolado, ordenando de manera especial las talas o apeos, y las podas drásticas. De igual forma, prevé ciertas medidas de estímulo y fomento para configurar el paisaje urbano, de forma que se articule un adecuado tránsito entre los entornos urbanos y las zonas rurales adyacentes.

Esta Ley 8/2005 es de aplicación sobre todos los ejemplares de cualquier especie arbórea con más de DIEZ años de antigüedad (edad) o VEINTE centímetros de diámetro de tronco a nivel del suelo, que se ubiquen en suelo urbano de cualquier municipio de la Comunidad de Madrid.

Los propietarios, públicos o privados, del arbolado urbano de cualquier categoría que le sea de aplicación esta Ley, están obligados a su mantenimiento, conservación y mejora, realizando los trabajos precisos para garantizar un adecuado estado vegetativo del ejemplar (artículo 4, Ley 8/2005).

Los artículos 2 y 3 de la Ley establecen la prohibición de tala y podas drásticas de los árboles protegidos por esta Ley, con las excepciones establecidas para distintas situaciones, de seguridad y único recurso, que se contemplan posteriormente.

De igual forma, y tomando como marco genérico la Ley 8/2005, numerosos Ayuntamientos han establecido sus propias Ordenanzas Reguladoras de Zonas Verdes, Áreas Naturales o Arbolado Urbano, donde, no solo tienen por objeto la regulación de la implantación, conservación, uso y disfrute de las zonas verdes, áreas naturales y del arbolado viario existentes en su Término Municipal, sino que regulan también la tala de árboles en predios de propiedad privada, así como la poda de determinadas especies, todo en base a la anterior Ley 8/2005.

Incluso hay municipios que con este tipo de ordenanzas pretenden dar un nuevo enfoque en la creación de parques y jardines, públicos y privados, adaptando en la medida de lo posible su diseño y ejecución a la normativa ambiental vigente.

Este equipo de TÉCNICOS FORESTALES, según las competencias que se establecen para su titulación y profesión, realizan para particulares y Administraciones los Estudios o Memorias de Vegetación necesarios para tramitar las autorizaciones y condiciones que son de aplicación en la Ley 8/2005, así como cada una de las Ordenanzas Municipales, de forma que reconocen y examinan aquellas especies a las que les es de aplicación la normativa reguladora, haciendo referencia a ubicación, identificación, detalles dasocráticos y destino de los individuos vegetales reconocidos.

A los efectos de estos Estudios o Memorias de Vegetación de Arbolado Urbano, se exponen las siguientes Definiciones

Ø  Arbolado urbano: Todos aquellos individuos vegetales que se ubican sobre suelo establecido como urbano, entendiendo este término como se define en la normativa urbanística calificativa del suelo. A estos efectos, como suelo urbano se incluye tanto el público como el privado.

Ø  Arbolado de alineación: Lo constituyen el conjunto de árboles que se encuentran plantados en los viales públicos, y que de forma general se disponen de forma lineal, a lo largo de una calle.

Ø  Áreas naturales: Todas aquellas áreas de vegetación natural o espontánea que se establezcan dentro de un término municipal, independientemente de que su gestión sea municipal o pública, o bien privada.

Ø  Zonas verdes: Son aquellas zonas ajardinadas los espacios de propiedad municipal o pública, ya sean abiertos o cerrados, que sean objeto de mantenimiento, directa o indirectamente por el Ayuntamiento u otra administración. A estos efectos, se incluyen en esta acepción parques urbanos y periurbanos, plazas ajardinadas, isletas, rotondas, pequeños espacios ajardinados en aparcamientos, jardineras y elementos de jardinería instalados en la vía pública.

Ø  Tala: El arranque o abatimiento de árboles, desde el cuello de la raíz, quedando el sistema radical sobre el sustrato. En algunas ordenanzas municipales, el desmoche se llega a considerar como una tala.

Ø  Derribo: Eliminación total de un árbol mediante el arranque o descuaje del individuo completo, incluyendo su sistema radical. A efectos de muchas ordenanzas, los derribos están sometidos a las mismas condiciones legales de la tala.

Ø  Descabezado: Método drástico por el que se elimina parcialmente la copa, mediante la supresión de las ramas principales, a cada una de las cuales se le deja el correspondiente muñón sin tira-savia.

Ø  Desmoche: Eliminación total de la copa de un árbol, podándole las ramas principales a nivel del tronco, sin dejar tocones o muñones.

Ø  Poda: Eliminación de ramas o partes de ramas de un árbol que se realiza siguiendo unos criterios y unos objetivos definidos y buscando una determinada intencionalidad. A estos efectos, se consideran como podas drásticas los descabezados.

Ø  Quema: Operación que consiste en la destrucción o reducción a cenizas de residuos de origen vegetal, mediante el fuego, siempre de forma controlada y voluntaria.

Ø  Trasplante: Técnica que consiste en el traslado de un ejemplar del lugar donde está enraizado y plantarlo en otra ubicación, incluyendo los cuidados posteriores para asegurar una adecuada posibilidad de arraigo.

Ø  Perímetro: medida de la longitud de la circunferencia del tronco del árbol. Su medición se realizará según los criterios más adecuados para cada supuesto

Ø  Diámetro: Distancia entre dos puntos opuestos del tronco de un árbol. Su medición se realizará según criterios más adecuados para cada supuesto. Se contemplan dos tipos de medidas:

  • Diámetro normal: es la variable más común y más importante utilizada en la medición de árboles (dendrometría). Permite la comparación de las medidas tomadas sobre distintos árboles o sobre el mismo árbol en distintos momentos y se define sobre un punto de referencia en el tronco del árbol medido situado a una altura conveniente cerca del suelo para permitir fácilmente la localización para su medición por distintos operarios o en distintos momentos. La convención universal establece que el diámetro normal es la medición del diámetro del árbol, con corteza, a una altura fija desde el nivel del suelo. Esta altura estándar se considera la altura del pecho de una persona media, en torno a unos 1,40 m de altura desde el suelo

  • Diámetro del cuello o del tronco a nivel del suelo: es otra variable de medición de árboles, menos común y de menor utilización en dendrometría. Es la medición del diámetro del árbol en los primeros 5 cm en los que éste sobresale del sustrato donde se inserta. Esta medición puede arrastrar notables desviaciones de la realidad del tronco del árbol en aquellas especies que desarrollen cuellos de tronco con ensanchamientos morfológicos de la albura en la conexión con las raíces, o bien en aquellos individuos que desarrollen un sistema radical somero, muy frecuente en los espacios urbanos debido al tipo de riego superficial y tapizante que se realiza sobre éstos.

INCENDIOS FORESTALES: UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA

Los incendios forestales son uno de los fenómenos de carácter natural que pueden ocasionar situaciones de riesgo para las personas, además de constituir un problema medioambiental muy grave y de difícil recuperación.

Un comportamiento responsable, no encendiendo fuego en el campo, es la mejor medida para evitar los incendios forestales

MEDIDAS DE PREVENCION ANTE LOS INCENDIOS FORESTALES

Entre las medidas de prevención que se pueden adoptar, conviene recordar algunas que, aunque parezcan conocidas, tienden a olvidarse con frecuencia, como la de
tener la precaución de

Si estás de viaje, excursión o disfrutando del contacto con un bosque:
  • Apaga bien las cerillas y cigarrillos y no los tires por las ventanillas del coche.
  • No abandones en el campo botellas, objetos de cristal o basuras que puedan provocar o favorecer el incendio.
  • No enciendas hogueras para ningún uso (cocinar, calentarse, etc. ). Ten en cuenta que, en general, está prohibido el uso del fuego en cualquier zona forestal o de campo, solamente se autoriza su uso en zonas y situaciones muy determinadas para ello y fuera de la época de sequía o peligro. 
  • Si observas un incendio forestal o una columna de humo dentro del monte, es importante avisar lo más rápidamente posible a alguno de los servicios de emergencia más próximos: teléfono 112, Servicios Forestales, Bomberos, Policía, Guardia Civil o Protección Civil.
Si vas a quemar rastrojos o restos vegetales:
  • Solicita la autorización necesaria y sigue al pie de la letra las condiciones indicadas, en el permiso. Contacta con los Servicios de Montes u organismo del Medio Natural correspondiente a tu Comunidad Autónoma, el cual te indicará como conseguir dicha autorización.
  • No hacerlo nunca en días de viento fuerte o de sequía acusada.
  • Vigilar la quema y no te vayas o ausentes hasta que estés seguro de que está totalmente apagada.  
  Si vives en una casa de campo o en una urbanización en contacto con un bosque:
  • Las chimeneas de las casas deben llevar acoplado un matachispas.
  • No quemes hojas u otros restos sin autorización y siempre evitando los días de viento y la época de peligro de incendios.
  • No tires las cenizas hasta que estés seguro de que estén apagadas y frías.
  • Recuerda que las líneas de suministro eléctrico deben ir por fajas limpias de vegetación en unos de 3 m. de anchura,  y sin que ésta se aproxime a los cables. Solicita su limpieza a la compañía suministradora o denuncia aquellas situaciones de riesgo que detectes.
  • Evita los basureros eventuales e incontrolados.  
Hay que abstenerse de encender fuego en el campo.

MEDIDAS DE AUTOPROTECCION ANTE LOS INCENDIOS FORESTALES

Conocer el entorno y los riesgos con los que puedes encontrarte ayuda a tomar medidas para evitar que éstos se produzcan.

Por eso, en épocas de riesgo de incendio, cuando te adentras en el monte es necesario conocer bien el terreno, las vías de comunicación y caminos alternativos y procurar caminar siempre por zonas de gran visibilidad.

Si te encuentras en las proximidades de un incendio
  • Trata de alejarte por las zonas laterales del incendio y más desprovistas de vegetación.
  • Recuerda que un cambio en la dirección del viento puede hacer que el fuego te rodee, por tanto, ves siempre en sentido contrario a la dirección del viento.
  • Procura no dirigirte hacia barrancos u hondonadas, ni intentes escapar ladera arriba cuando el fuego asciende por ella.
Si tienes intención de colaborar en las tareas de extinción
  • No trabajes aisladamente o por tu cuenta.
  • Ponte en contacto con los profesionales responsables de la extinción (bomberos, agentes forestales, etc) los cuales te asignarán las tareas más acordes a tus condiciones y sigue siempre sus instrucciones.
  • No arrojes agua a los cables eléctricos.
  • Cuando un avión va a lanzar agua, debes retirarte de su trayectoria, evitando que te alcance la descarga.
  • Extrema todos los cuidados. Tu vida vale mucho.
Si vives en una casa de campo o en una urbanización en contacto con un bosque
  • Mantén limpios de hierba o maleza los caminos de acceso a las viviendas, incluyendo las cunetas de los mismos.
  • Evita en los jardines o parcelas la acumulación de vegetación seca u otros restos que ayuden a la propagación del incendio, ejecutando las tareas de limpieza correspondientes.
  • Mantén limpios los tejados de materiales combustibles (hojas, ramas, etc) y evita que las ramas dominen las edificaciones o se acerquen a menos de 3 metros de una chimenea. Lo ideal es que alrededor de cada edificio exista una faja de 10 m. de anchura en la que se elimine toda la vegetación inflamable.
  • Los tejados y fachadas de las casas deben ser de material resistente al fuego. Las fachadas de madera deben de tener tratamiento ignifugo.
  • Construye una faja de seguridad alrededor de la caso o urbanización: es conveniente la separación de la urbanización del monte con una faja de 25 m. de anchura, limpia de vegetación y sin edificios. Dicha faja puede llevar un camino o carretera perimetral. También es conveniente que se actúe en la zona forestal contigua a la faja de seguridad, con desbroces y poda del arbolado hasta 3 m de altura como mínimo y con anchuras de trabajo también de 25 m.
  • Exige a tu "Comunidad de Vecinos o Propietarios" un “Plan de Defensa contra Incendios Forestales”, que sea redactado por TÉCNICOS FORESTALES, competentes en esta materia, y que se encuentre en vigor y expuesto una vez que se resida en las viviendas.

En el siguiente video se pueden ver algunas de las medidas a tomar en caso de vivir en un entorno forestal:



RECUERDA:

Las medidas de
prevención ayudan a reducir el daño que puede derivarse de los desastres.

En caso de emergencia, conocer algunas pautas de
autoprotección, ayuda a tomar decisiones que pueden favorecer tanto su seguridad como la de los demás.

FUENTE: PROTECCIÓN CIVIL y D.G. para la BIODIVERSIDAD

Arceuthobium oxycedri (DC.) M. Bieb. (1819), el auge de un oportunista vegetal

Por: Gonzalo Carpintero Laguna   (Ingeniero Técnico Forestal)
       Ana Belén Padrino de la Mata (Ingeniera Técnica Forestal y Lcda. Ciencias Ambientales)

En distintos trabajos profesionales que este equipo técnico viene realizando en los valles de la Sierra de Guadarrama, sobre términos como Collado-Villalba, Moralzarzal y El Boalo, entre otros, siempre nos hemos terminado topando con un esmerado e interesante huésped vegetal. Este laborioso invitado ha despertado suficiente curiosidad, como para dedicarle unas líneas, más allá del inherente defecto profesional.

Arceuthobium oxycedri, es una planta fanerógama perteneciente a la familia de las Viscáceas. Se comporta como un parásito asociado a distintas especies de Juniperus y cupresáceas que habitan fundamentalmente sobre los países de la orla mediterránea o con un clima mediterráneo. Se le podría estipular como nombre vernáculo el de muérdago del enebro o muérdago enano.

Para cualquier persona no experta o interesada en temas botánicos, este muérdago pasa desapercibido ya que presenta bastante integración con su alojador. Incluso para los prácticos, en aquellas observaciones generales de masas, sin precisar en el individuo, y a suficiente distancia como para no interpretar los detalles de la planta hospedante, no se percibe en el conjunto vegetal. Hay que reparar en las circunstancias y patologías que supone su presencia parásita en los individuos hospedantes, incluso en su desenlace vital, para precisar su presencia en los mismos.

Hemos calificado a este muérdago como de laborioso, ya que obra lánguidamente, con extremado acierto y pone cuidado en ser cabal y hábil en su misión vital. Los tallos de Arceuthobium oxycedri se encuentran fuera de los tejidos vasculares de la planta parasitada, naciendo a partir del sistema endofítico (sistema radicular) del parásito y no directamente del embrión. La anatomía que presenta difiere marcadamente respecto de un tallo típico de dicotiledónea. No existe xilema central cilíndrico pero un número de manchas visibles de xilema se encuentran cerca del centro de la matriz parenquimatosa. Aparentemente no hay tejidos de floema en los tallos. Los tallos jóvenes tienen una capa sencilla de epidermis, pero gradualmente son reemplazados en los viejos por una capa de cutícula.

Este es un parásito vegetal que entendemos tiene un bajo nivel de estudio para la dimensión y evolución que ha adquirido en las últimas décadas, tal y como se ha podido contrastar en los trabajos de campo realizados por este equipo.

Lo que sí se sabe de este muérdago es que se apropia del agua, minerales y otros nutrientes de la planta hospedante. Sus tallos contienen clorofila por lo que fabrican hidratos de carbono, pero no en cantidades suficientes para suplir todas sus necesidades. Se ha comprobado que los individuos de Arceuthobium no dependen de sus tallos para sobrevivir, pueden vivir largo tiempo sin producir tallos.

En general, para todas las relaciones de parasitismo interespecífico, y esta es una más, durante el período vegetativo (crecimiento) del parásito, la presión osmótica de sus células es más elevada que la de la planta parasitada. Estas insignificantes, pero suficientes, diferencias entre la presión osmótica del tejido del árbol infectado y del parásito son las que generan la distribución o colonización por Arceuthobium. Cuando una rama se coloniza de muérdago utiliza más nutrientes de los que puede compartir y de este modo el crecimiento en diámetro de estas ramas aumenta, lo que explica la hinchazón de las mismas. Las ramas colonizadas del mismo verticilo tienden a vivir un tiempo después de que las ramas adyacentes no infectadas se han secado. Progresivamente aumenta la apropiación de nutrientes por las ramas infectadas, declinando el vigor del árbol. Entonces la superficie efectiva para realizar la fotosíntesis de las ramas no infectadas se reduce por debajo de la necesaria para sustentarse el árbol y consecuentemente muere (V. RIOS INSUA, 1987).

La zona de reconocimiento se podría circunscribir sobre un semi-circulo de centro en el vértice geodésico Solana (1.293 m) y eje de simetría con 290º N. Sobre dicha zona pre-definida se ha constatado la presencia y evolución de Arceuthobium oxycedri fundamentalmente sobre las laderas orientadas a poniente (W – NW) de la denominada como Sierra de Hoyo de Manzanares, en su vertiente de aguas al Guadarrama, y en menor medida en las laderas con vertiente al Manzanares. Coloniza casi exclusivamente al enebro Juniperus oxycedrus L., y en casos aislados la arizonica, Cupressus arizonica, de setos de urbanizaciones. Estas líneas no son una representatividad de su distribución, que tendría que ser objeto de un estudio más exhaustivo, sino una constatación de su presencia, y aun más, de su dinámica poblacional, pues en la década 2000-2010, su área de distribución, o de colonización, en la zona de reconocimiento, se ha aumentado en al menos un 30 % de la tomada como original.

Los daños que produce Arceuthobium oxycedri sobre los indivisduos que coloniza son principalmente la reducción en la producción de semillas y la calidad de la madera, haciéndose a la vez más propenso a la pudrición por hongos (V. RIOS INSUA, 1987). Cuando la infección ha alcanzado un grado alto, el crecimiento en altura y en diámetro del árbol se ve afectado (HAWKSWORTH, 1961), incluso se ha comprobado que el muérdago puede llegar a matar al árbol.

En la zona de reconocimiento establecida se ha evidenciado un paulatino incremento en la mortalidad de enebro en función del avance del periodo estimado, es decir a final de la década se han constatado más individuos de enebro muertos o decrépitos con presencia del muérdago, y mayor porcentaje de individuos colonizados, lo que supone una clara y marcada tendencia de su proliferación y colonización.

Cuando el muérdago se establece sobre una rama de enebro, normalmente se produce la hinchazón de los tejidos de la planta parasitada en el punto de la infección, transcurrido un tiempo las hinchazones se alargan y toman formas fusiformes. Como es típico en otros muérdagos, las infecciones de muérdago enano o del enebro inducen a la producción de masas densas y profusas de ramas distorsionadas de la planta infectada a las que se les llama en el argot forestal "escobas de brujas"(V. RIOS INSUA, 1987. En etapas avanzadas de la infección, se extiende a lo largo del tronco del enebro, colonizando cada vez más zonas leñosas o lignificadas. Los factores externos son la causa principal de la variabilidad de infección según el tipo de hábitat (HAWKSWORTH & WIENS, 1972). El tiempo necesario para que un muérdago enano liquide o extinga un individuo de enebro es muy variable y depende de varios factores:
— Relación entre árbol infectado y parásito.
— Grado de infección del árbol.
— Vigor del árbol.
— Situación climática y ecológica en la que el árbol crece.
— Actividad de plagas y enfermedades de carácter secundario (Barrenillos, hongos,...).

Arceuthobium oxycedri fue descrito en sus comienzos identificativos como "muy local" (TUTIN, HEYWOOD, BURGES y otros, 1964), pero recientemente se ha constatado que se trata de una de las especies de más amplia distribución geográfica. Al principio, fue reconocida como la única especie existente en el Antiguo Continente y la única que parasitaba al género Juniperus (TURRILL, 1920). Posteriormente se discutió la repartición de esta planta parásita que se creía abarcaba todo el área mediterránea europea y africana, incluidas las Azores y Portugal (PALHINHA, 1942) y el Oriente Medio hasta Cashemira. También se citaron poblaciones aisladas de oxycedri en los Montes Aberdare en Kenya y en Etiopía. WIENS (1968) y HAWKSWORTH & WIENS (1972) comentaron la extraordinaria distribución de Arceuthobium y se cuestionaron si todos los elementos geográficos asignados al mismo representarían de hecho una sola especie.

Trabajos de campo realizados a finales del siglo XX en Azores, España, Marruecos, Argelia, Etiopía, Kenya y Pakistan han demostrado que existen tres especies distintas parasitando los enebros: A. azoricum de Azores que parásita Juniperus brevifolia (SEUB.), A. juniperi-procerae de Etiopía y Africa Oriental que parásita Juniperus procera HOCHST., y A. oxycedri en sentido estricto que ocupa los elementos restantes de la distribución mencionada y cuyas plantas parasitadas ya hemos nombrado. En concreto, diremos que A. oxycedri parásita dentro de los siguientes países de Europa: Portugal (PALHINHA, 1942), España, Francia, Córcega (muestra existente en USA), ¿Italia? (TUTIN, HEYWOOD, BURGES y otros, 1964), Yugoslavia, Hungría, Albania, Grecia, Bulgaria, U.R.S.S. (Crimea). De Africa: Argelia y Marruecos. De Asia: Turquía, Líbano, Siria, Irán, U.R.S.S. (Armenia, Georgia, Turkmen S.S.R. Tadzhik S.S.R.) (KOMAROV, 1936), Pakistan, India y Xizang (China) (Fig. 12).

En España se encuentra citada en los enebrales de la zona Centro como Colmenar Viejo, Hoyo de Manzanares, Manzanares el Real, Becerril de la Sierra, y Collado-Villalba (Madrid) y de la zona de Levante como los Montes Carrascals de la Comarca Els Ports (Castellón).

Apenas, por no decir nunca, se realizan tratamientos sanitarios para combatir este colonizador, pues la especie hospedante no tiene interés productivo, y su aplicación, basada en glifosato y sal-amina produce daños colaterales en los individuos hospedantes y en los de su entorno natural. No obstante, y dado el enorme valor ecológico del enebro en la estación de reconocimiento, pues es el verdadero valedor en la reducción de la intensidad de la erosión y el primer paso para la consecución de la serie climática mixta con encinares guadarrámicos, que añadido al lento desarrollo vegetativo del enebro, supone que al menos se deba valorar adecuadamente por los organismos competentes en la conservación del medio la circunstancia ralentizadora del muérdago sobre la adecuada evolución del enebral en las zonas de transición del sistema guadarrámico.