TRASCENDENTE SENTENCIA SOBRE LA MEDIA VEDA EN CASTILLA-LA MANCHA

La sentencia nº 41 de 24 de enero de 2011 del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha ha declarado nula la práctica cinegética en el periodo que se estableció como media veda en la temporada 2007/2008 en Castilla-La Mancha, por falta de motivación y justificación técnica, ya que su aprobación no contó con los informes oportunos que justificasen que las densidades de población de las especies a cazar permitiesen su aprovechamiento sostenible, de acuerdo con el ciclo biológico de dichas especies, tal y como establece la normativa cinegética de aplicación.

En el año 2007 la Asociación Castellano-Manchega para la Defensa del Patrimonio Natural (ACMADEN) interpuso un recurso contencioso administrativo, el nº 776/07, contra la autorización de determinadas prácticas cinegéticas y preceptos recogidos en la orden de vedas de la temporada 2007-2008 y la corrección de errores publicada en el D.O.C.M. nº 173. En las bases del recurso destacaba la petición de ilegalidad del periodo estableció como media veda, la modalidad de perdiz con reclamo y los cupos de capturas en los terrenos libres.

A este respecto, el Tribunal ha declarado nula la práctica cinegética en el periodo que se estableció como media veda en dicha temporada 07/08, modalidad que se viene desarrollando todas las temporadas entre el 15 de agosto y el 15 de septiembre, y que afecta a las especies paloma torcaz, tórtola común y codorniz.

La sentencia estima parcialmente el recurso interpuesto, anulando la práctica de la caza en el periodo denominado media veda ya que de la prueba practicada en el proceso judicial se desprendió que la administración competente en materia cinegética no había realizado estudio, valoración ni informe técnico que avalase que la densidad de las poblaciones de estas especies permitiesen su aprovechamiento sostenible, tal y como establece el Reglamento de Caza de Castilla – La Mancha.

El Tribunal da por suficiente y válida la prueba pericial de designación judicial practicada a instancia de la parte actora, en lo que respecta a la media veda, y que venía a corroborar mayoritariamente las tesis y pruebas de la asociación demandante.

El Tribunal también declara nula de pleno derecho la corrección de errores publicada en el D.O.C.M. nº 173,  de 20 de agosto de 2007 por la que se ampliaba el cupo de piezas cazables en los terrenos libres. Y desestima la demanda sobre la modalidad de caza de perdiz con reclamo ya que esta si se ajusta a los establecido en la normativa cinegética y medioambiental. Contra la no estimación de anulación de la práctica de la perdiz con reclamo, la asociación demandante ha interpuesto recurso de casación en el Tribunal Supremo.

Esta sentencia puede tener una notable importancia en la actividad cinegética regional y nacional, pues podría derivar a corto-medio plazo, bien a la modificación de las fechas para la práctica de esta modalidad, o a la desaparición de la media veda como periodo hábil de caza.

Antirrhinum microphyllum Roth.: un endemismo botánico en Almonacid de Zorita.

Por:
Gonzalo Carpintero Laguna. Ingeniero Técnico Forestal
Ana Belén Padrino de la Mata. Ingeniera Técnica Forestal / Lcda. Ciencias Ambientales
Artículo original publicado en la Revista Municipal de la Villa de Almonacid de Zorita. Nº 4. Año 2002

En estas líneas, vamos a describir brevemente uno de los tesoros más preciados del término de Almonacid de Zorita, y a la vez más minúsculos y menos conocido.

Botánicamente, un endemismo es una especie vegetal que vive únicamente en una determinada estación ecológica, no encontrándose de forma natural en ninguna otra parte de la tierra.

En 1956 Rothmaler definió e identificó a la especie Antirrhinum microphyllum Rothm., como una especie endémica de las sierras termo-levantinas del interior de la península, particularmente las de Entrepeñas, Altomira y sus alrededores, sobre los límites que separan las provincias de Cuenca y Guadalajara.

Antirrhinum microphyllum Roth. es una especie de la familia Scrohulariaceae, que no tiene un nombre vulgar conocido por el que se le identifique popularmente. Es un casmófito y como tal aparece en el seno de comunidades rupícolas (que viven en rocas), donde son muy difíciles de observar e identificar a simple vista.

Es una planta vivaz, es decir permanece siempre viva, sin agostarse, con un porte de entre 15 y 20 cm de altura, con la base más bien leñosa y de donde le salen múltiples tallos con hojas ovales o redondeadas de hasta 5 x 10 mm. Presenta gran cantidad de yemas en la base y los tallos, que le permiten la recuperación y rebrote de plantas cortadas.

Florece generalmente en mayo, pero cuando presenta una ubicación muy marcada en solana y en años de climatología templada puede hacerlo en abril. Las flores presentan una corola blanca o crema, a menudo con venas purpúreas en el labio superior y con garganta amarilla o blanca.

Los frutos maduran en julio-agosto, produciendo abundantes semillas, si bien solamente unas pocas encuentran el hábitat óptimo para germinar. Esto permite explicar como una especie con tasa de reproducción elevada presenta poblaciones tan escasas.

Es una planta que pasa desapercibida al paseante y espectador no documentado, se puede asemejar a un tomillo de los muchos existentes en la zona. No obstante, teniendo en cuenta su ecología, apareciendo en las fisuras de rocas calizas, frecuentemente en paredes verticales con práctica ausencia de suelo, entre 650 y 800 m de altitud, con exposición tendente a solana (meridión), la hace poco accesible al impacto de la actividad humana.

Más del 70 % del término de Almonacid de Zorita se ubica sobre la Sierra de Altomira, con un ombroclima seco que no supera los 600 mm. Los suelos son marcadamente calizos, rocosos y con un carácter abrupto, con laderas de gran pendiente y fuertes exposiciones, donde la erosión tiene fácil su trabajo. Es una zona donde han proliferado grandes incendios forestales en las últimas décadas, agravados por las áridas condiciones estivales sobre masas monoespecíficas de pino carrasco, Sobre estas zonas incendiadas, se ha regenerado con gran profusión la vegetación serial de las primeras fases, en forma de espesas garrigas, dominadas por la coscoja y la sabina mora.

Sobre una cavidad rocosa de la vertiente a levante de la sierra, dando vista al pantano de Bolarque, en un área que padeció un incendio en la última década del siglo XX, pudo ser observada por éstos estos autores “in situ” y reconocida posteriormente en gabinete, tras numerosas consultas, en uno de los numerosos trabajos de campo que realizan en el desarrollo de su actividad profesional sobre el término de Almonacid de Zorita, en la provincia de Guadalajara, desde hace ya varios años.

La zona de Sierra del término de Almonacid de Zorita es un área potencial en la distribución endémica de esta especie. Las pronunciadas paredes de roca caliza, exentas prácticamente de suelo, con aceptable permeabilidad, un pH muy alcalino con alto contenido en calcio y carbonatos, orientadas a sur y oeste, donde la intensidad y porcentaje de insolación es elevado, y un clima marcadamente continental, con tendencias térmicas más que criogénicas, confieren a este territorio un zona de óptimo desarrollo poblacional de esta especie.

Las inusuales actividades que se realizan en esta parte del territorio municipal sobre el medio natural, así como su localización tan guarecida del alcance antrópico y sobre áreas agronómicas improductivas, supone que el impacto sobre la población localizada sea relativamente bajo. No obstante, cualquier incendio que se reproduzca en la zona supondría una vuelta a empezar en la amplitud espacial de esta especie.

SIGÜENZA, COMARCA DE TRUFAS.

Artículo publicado en Anales Seguntinos nº 25 (2009-2010)
por Gonzalo Carpintero Laguna, Ingeniero Técnico Forestal


En España se recolecta entre un 30-50% de la producción mundial de trufa negra y se estima hay unas 10.000 familias de truficultores y recolectores de trufas. Los otros productores europeos son Italia y Francia. En el mundo están las trufas importadas de China, de menor calidad, y sustitutas de la negra.

Curiosamente, la zona natural trufera de mejores condiciones ecológicas de la península ibérica se corresponde con las tres provincias que históricamente han estado más deprimidas socio-económicamente, Soria, Teruel y Guadalajara, estando la comarca de Sigüenza localizada en el centro de dicha zona natural.

La morfología que se conforma en las tierras de Sigüenza es la de un paisaje modelado por la erosión, más que las de un paisaje estructural. Son superficies culminantes casi planas, producto de las fuerzas externas residentes en la hidrosfera y la atmósfera, con poca capacidad de retención de agua, escasa fertilidad y permeabilidad, con una exposición a todos los vientos, y en un clima duro con sequías tanto estivales como por heladas, y donde la agricultura supone un esfuerzo añadido a la tierra para producir cosechas provechosas, es decir, que la rentabilidad de la agricultura se basa fundamentalmente en las ayudas económicas a los cultivos y no en la propia producción de éstos.

En los últimos años se viene produciendo un aumento de plantaciones forestales sobre terrenos agrarios con fines productores de trufa, motivadas sin duda, por la aplicación de medidas económicas financiadas por la Unión Europea, con una clara tendencia a eliminar la actividad agraria no rentable y cambiar el uso del suelo.

El desarrollo de esta actividad eminentemente forestal supone un complemento de renta en áreas rurales deprimidas o marginadas, ante los precios elevados que alcanza el producto dentro de un mercado sin excedentes y con una gran demanda.

Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la conservación del recurso forestal natural que supone la trufa, además de la alteración de su hábitat, es su aprovechamiento descontrolado, sin ningún tipo de regulación y en ocasiones abusivo por parte de los buscadores de trufas.

La regulación del aprovechamiento del recurso pasa por ordenar la problemática que tiene la pequeña propiedad minifundista de las zonas de producción de trufa, la inexistencia de una legislación específica y el desconocimiento del recurso por parte de los responsables de la gestión del monte.


¿QUÉ ES UNA TRUFA?

Las trufas son hongos subterráneos o hipogeos de la clase Ascomicetos, orden Tuberales, familia Eutuberáceas y género Tuber. Viven asociados a las raíces de ciertas plantas leñosas, sobre todo aquellas del género Quercus, con las que establecen una simbiosis (micorrizas) de la cual se beneficia tanto el hongo como la planta leñosa.


TIPOS DE TRUFAS

Hasta la fecha en Europa se han encontrado veintiuna (21) especies diferentes del género Tuber. Solamente unas pocas son comestiblemente apreciadas. Las de mayor valor comercial son las tres siguientes:

·         Tuber nigrum Bull (= T. melanosporum Vitt.). Es la llamada trufa negra o de Perigord y la más apreciada en España y Francia. Su color es negruzco o gris con tonos violáceos. Tiene forma irregular y se parece a un trozo de carbón. La piel es muy fina y está recubierta de verrugas. Su cuerpo es carnoso y compacto, más blanquecino cerca de la piel y grisácea hacia el centro hasta convertirse en un color marrón violáceo. Presenta un olor intenso y picante y un sabor agradable, aunque ligeramente amargo.

·         Tuber brumale Vitt. Es una trufa negra muy similar a la anterior pero de inferior calidad y precio. Se recolecta junto a T. nigrum en los bosques españoles. Para su correcta separación hay que adquirir experiencia.

·         Tuber magnatum Pico. Es la trufa blanca de Italia y la que alcanza los precios más elevados en el mercado, entre 4.000 y 5.500€ por kilo. Su peso es variable, de unos 40 hasta unos 300 g. Tienen formas irregulares, una piel fina y ligeramente aterciopelada, de color ocre pálido, blancuzco o amarillento en el interior, y un olor intenso, muy pronunciado. Para muchos entendidos es lo máximo en gastronomía. Su época de crecimiento es muy corta, y depende mucho del clima, entre el final de verano y la entrada del invierno.

·         Tuber aestivum o trufa de verano. Como indica su denominación, tiene su época de crecimiento desde verano hasta principios de otoño. Este hongo tiene forma redondeada con irregularidades. Está recubierta en su totalidad de verrugas angulosas que las diferencia de las demás. Su color es marrón negruzco y su carne compacta. El olor es intenso y aromático y presenta un sabor peculiar que recuerda a las nueces. La trufa estival se considera de buena calidad y es también apta para los mismos usos que las anteriores, pero con la diferencia de que ésta se vende fuera de temporada, en la práctica durante todo el año, ya sea confitada con algún licor o en su propio jugo de conservación. Como se puede imaginar, su precio es muy inferior a las anteriores.

Existen otras especies de calidad que también son comestibles y que pueden comercializarse como Tuber mesentericum Vitt., Tuber albidum Pico, Tuber uncinatum Chatin, etc. No hay que confundir las trufas con otros hongos redondeados subterráneos que no son comestibles o no tienen la calidad de las trufas (Terfezia, Choiromyces, Elaphomyces, etc.).


MORFOLOGÍA DEL HONGO

El hongo está compuesto por un micelio o trufera, un cuerpo de fructificación o trufa y las ascas, con esporas en número de dos a cuatro en su interior, a veces hasta seis y siete.

La trufa es de aspecto globoso, áspero e irregular a modo de tubérculo negro y subterráneo, de 3 a 6 cm y un peso variable de 20 a 200 g. Su aspecto y tamaño dependen de la época del año. En primavera es menor que una avellana y de color rojo violáceo; en verano, cuando ya ha crecido algo, es pardo oscuro; al final del otoño comienza a madurar y se va poniendo marrón negruzco con manchas herrumbrosas y luego negro, con la superficie cubierta de verrugas. 

Desde el punto de vista morfológico la trufa consta de las siguientes partes:

·        Peridio. Es la cáscara o corteza de la trufa; está formada por pequeñas y apretadas verrugas piramidales de color negro. Estos salientes, de 3-4 mm de diámetro, son bajos, con 4-6 caras o facetas poligonales, con el extremo truncado o hundido, pero sólo se ven después de quitar bien la tierra que el hongo tiene adherida.

·        Gleba. Esta masa interior cuando la trufa madura tiene un color negro violáceo. Está surcada por una serie de finas venas blanco cremosas. En la gleba se encuentran las esporas.

·        Entre la trufa y las raíces del árbol simbionte existe una masa de filamentos microscópicos (hifas y micelio del hongo) que sirven de enlace entre ambos organismos. Estos filamentos sólo son visibles a simple vista en los lugares en donde se agrupan fuertemente, como por ejemplo en los puntos de unión con las raicillas de las plantas simbiontes (ectomicorrizas).   


CICLO BIOLÓGICO DE LA TRUFA

La vida de una trufera se encuentra muy ligada a la del árbol simbionte con quien vive. La entrada en producción de la trufera depende de la especie leñosa asociada. En algunas jaras tarda de dos a tres años, de cuatro a cinco en avellano y unos diez años en encinas y robles. El periodo de producción de trufas se dilata más o menos en función de la planta superior, unas diez cosechas con el avellano frente a las cincuenta en encina.

Cuando el micelio de la trufa se instala y adueña de un terreno, se aprecian unos síntomas evidentes en la superficie, aparecen los denominados calveros o quemados. En estos calveros se seca la vegetación herbácea y la mayoría de las matas, quedando el suelo prácticamente desnudo. Este hecho se explica por la acción competitiva y herbicida del propio micelio en contra de las plantas no micorrizadas por éste.

La trufera no contiene clorofila y por lo que los principios nutritivos que toma del deben ser transformados en las hojas del árbol con el que convive simbióticamente, donde se hacen asimilables. Es a nivel de las micorrizas es donde se producen los intercambios nutritivos de la simbiosis. El árbol aporta a la trufa hidratos de carbono procedentes de la fotosíntesis, mientras que el hongo proporciona sales minerales (fósforo) al árbol

El ciclo anual de una trufera en producción sigue la siguiente cronología:

·         En primavera se produce la germinación de las esporas, expansión del micelio y del sistema radical de la planta micorrizada, reinfectación de raíces por el hongo y una gran actividad metabólica de las micorrizas.

·         En verano existe una formación de los primordios fúngicos y un engrosamiento de los mismos.

·         En otoño se disminuye la actividad metabólica del hongo, desaparición de micorrizas y las trufas adquieren el tamaño y forma definitivas.

·         En invierno se para la actividad metabólica, madura la trufa y se recolecta entre noviembre y marzo.
    

NECESIDAES AMBIENTALES DE LA TRUFA

1.- PLANTAS SIMBIONTES

La trufa puede asociarse con infinidad de especies leñosas presentes en la naturaleza. Las más importantes para la producción de la trufa negra son:
·        Quercus ilex L. Encina, carrasca o chaparra.
·        Quercus pubescens Willd. Roble pubescente.
·        Quercus faginea Lamk. Quejigo.
·        Quercus coccifera L. Coscoja.
·        Quercus robur L. Roble común. 
·        Quercus petraea Liebl. Roble albar.
·        Corylus avellana L. Avellano, avellanera.

2.- ALTITUD

No es corriente que la trufa se produzca por debajo de los 700 metros. La altitud corriente está comprendida de los 700 a 1.400 metros sobre el nivel del mar. La comarca de Sigüenza presenta una altitud óptima para el desarrollo de las trufas, con unas medias de 1.000 m sobre el nivel del mar.
     
3.- CLIMA

La trufa precisa de una pluviometría de entre 500 a 900 mm/año, con humedad suficiente en primavera, para que se desarrolle el micelio a partir de la micorriza, y durante el verano para que engorde la trufa, siendo perjudicial el exceso de humedad en otoño e invierno. El clima ideal para las trufas es aquel cuya temperatura media del mes más cálido sea de 20º C y la temperatura media del mes más frío 2º C, cifras que se alcanzan y representan en la comarca de Sigüenza.

Necesita frío, pero le perjudican las heladas y nevadas persistentes ya que entonces la trufa no madura. Prefiere zonas abrigadas de mucha altura y climas fríos, huyendo de las solanas cuando la lluvia es escasa. Desechan los climas costeros con estaciones poco marcadas, los climas áridos con precipitaciones inferiores a los 500 mm y los climas de alta montaña con frecuentes, fuertes y prolongadas heladas.

4.- SUELOS

Deben ser suelos de buen drenaje, pero sin que se sequen en exceso. Prefiere suelos calcáreos, francos, poco profundos y con pendiente. Deben tener un pH básico o neutro (entre 8,3 y 7,3), sin estar muy desequilibrados en principios nutritivos, con un porcentaje óptimo en materia orgánica del 3,5% (valores adecuados entre el 2% y el 7%) y una relación C/N próxima a 10. No deben ser muy ricos en nitrógeno y fósforo. Conviene evitar suelos ácidos, silíceos, yesosos, salinos, turbosos o hidromorfos, así como lugares que reciban o acumulen un exceso de escorrentía superficial por el riesgo de encharcamientos prolongados.

Hay que evitar los terrenos con mucha arcilla que se encharcan con facilidad tras las lluvias. Se adaptan muy bien los suelos situados en meseta y en ladera con suave pendiente, los fondos de valle, por lo general, suelen ser más pesados (arcillosos). Es aconsejable, el aporte de calcio molido, en forma de carbonato cálcico o carbonato doble de calcio y magnesio (dolomita) cuando el pH del terreno es algo bajo (menor de 7,3) o hay déficit de calcio. De una tonelada a dos por hectárea aumenta el pH alrededor de medio punto.
IMPLANTACIÓN DE TRUFERAS

1.- ELECCIÓN DE LA PARCELA.

Se elegirán suelos con pocos hongos competidores de la trufa, resultando más favorables los suelos agrícolas que los forestales, ya que los primeros incluyen muy pocos hongos que puedan formar ectomicorrizas. Sin embargo, los suelos agrícolas pueden carecer de distintos elementos nutricionales que perjudiquen la implantación de la trufera, por lo que se deberán corregir mediante un abonado de fondo. Por lo general se escogerán terrenos que cumplan las exigencias edafoclimáticas expuestas anteriormente.

2.- ELECCIÓN DE LA PLANTA SIMBIONTE

La trufa negra se asocia con árboles que habitan en condiciones edafoclimáticas muy diferentes, por lo que siempre ha de existir alguna especie que se acomode a las condiciones ecológicas del lugar.
  
3.- REPRODUCCIÓN DE TRUFERAS

Una de las claves para el establecimiento de una trufera productiva es la elección de plantas jóvenes cuyo sistema radicular esté completamente infectado por la trufa negra. De esta manera, y con la plantación, se inoculará el terreno con el micelio de trufa. Si el medio es adecuado y no existe competencia de otros hongos micorrizógenos, la trufa colonizará la parcela rápidamente.

Existen varias técnicas para conseguir una micorrización monoespecífica en plántulas. Sin embargo los medios instrumentales que se precisan escapan a la mayor parte de los agricultores. Por ello se aconseja adquirir plantas micorrizadas certificadas procedentes de viveros especializados.

Es importante que la planta trufera que se comercializa pase un control oficial certificado que de garantía de una buena micorrización.

4.- MEDIDAS CULTURALES Y SELVÍCOLAS

Para la implantación de las truferas, junto a los pasos anteriores, han de realizarse las siguientes labores:

Preparación del terreno: Un año antes de la plantación es conveniente eliminar toda la vegetación existente con una labor profunda de subsolador o arado, seguida de varios pases de cultivador o de grada. 

Plantación: La densidad de plantación debe oscilar entre 200 y 600 árboles/ha. Un marco denso asegura una mayor velocidad de colonización, acelera la entrada en producción y proporciona mayores cosechas, pero su implantación y mantenimiento resultan más costosos. Se aconsejan densidades medias de 300 a 400 plantas por hectárea en marco regular o al tresbolillo.

Conviene que las hileras, si es posible, queden orientadas en la misma dirección que soplan los vientos dominantes. Una densidad alta de inicio permite una entrada en producción de la plantación más precoz, sin embargo, puede que con los años convenga aclarar la plantación sacando algunos pies.

Se debe dejar suficiente separación entre árboles, siendo una distribución ideal de 70 árboles adultos por hectárea para un encinar en óptimas condiciones de producción y troncos de 40 cm de diámetro o más. Este número aumentará si disminuye el número de los troncos hasta superar los 200 para árboles de diámetro inferior a los 20 cm.

Laboreo del terreno: Con el movimiento de tierra del quemado se pretende que el agua de lluvia penetre en el suelo y que la humedad del mismo se conserve más tiempo. Con ello se consigue favorecer al máximo el crecimiento del árbol y de su sistema radicular. Las labores serán siempre superficiales, profundizando menos conforme nos alejemos del centro del quemado, que coincide con el tronco del árbol huésped. No se sobrepasará de 15 cm en la zona más cercana al tronco y de 5 cm en la más alejada o borde del quemado. Esta labor se efectúa radialmente empezando en el tronco y llegando hasta la periferia del quemado. El laboreo se realizará pasados los fríos del invierno, cuando el árbol huésped se prepara para iniciar la brotación.
  
Riego: Para asegurar un buen rendimiento de la plantación conviene instalar un sistema de riego de los quemados. Normalmente con ello se consigue combatir la escasez de agua de lluvia. Se riega a mediados de junio, si no llueve ya que la ausencia de lluvias en verano conduce a cosechas muy escasas en el invierno siguiente. Las necesidades de agua mínimas en el mes de agosto son de unos 50-60 l/m2. El riego debe ser de tal manera que no provoque encharcamientos.

Tras la plantación se pueden construir pequeñas caballones para desaguar el exceso de agua en las zonas de quemado. También se puede actuar conduciendo el agua hacia el quemado para mantener la humedad en esta zona. 

Abonado: El abonado se realizará solo cuando la producción de la trufera decaiga. Los abonados nitrogenados suelen ser perjudiciales, mientras que el abonado con fosfato favorece la formación de micorrizas, sobre todo cuando la trufera se está estableciendo en el terreno. En el caso de que sea necesario se podrá aplicar enmiendas calizas u orgánicas o un abonado de fondo antes de la plantación. 

Podas: Con la poda se consigue dar una iluminación adecuada al suelo, así como favorecer la emisión de raíces superficiales, en detrimento de las profundas. El sistema de formación de los árboles será de copa poco elevada, menos de 5 m, en forma de cono invertido y de follaje no muy espeso. Se eliminarán aquellas ramas que crezcan muy verticales y las más bajas que sombreen el terreno.
Las operaciones de poda se deben efectuar cuando aún no hay quemado, suprimiéndose en el momento en  que aparezcan los primeros síntomas del mismo. Las podas serán suaves, con rebajes muy moderados, podando poco las ramas medias, algo menos las altas y suprimiendo las muy bajas. 

Protección del terreno: Para conservar la humedad del suelo y evitar su evaporación se puede recurrir a cubrir el terreno con piedras, maleza, plástico negro o tierra desde junio hasta septiembre. El plástico negro será de 200 galgas y 80 cm de ancho, colocándolo en franjas perpendiculares a la línea de máxima pendiente. Entre las franjas se deja una separación de 0,2 a 0,5 cm para que el agua penetre en el suelo con facilidad.  


RECOLECCION Y VENTA

La maduración de las trufas es escalonada y comprende el periodo invernal desde finales de noviembre hasta mediados de marzo. La recolección se realiza con la ayuda de perros adiestrados para tal fin, quienes señalan la vertical en donde se encuentra una trufa madura. Para su extracción se utiliza un machete estrecho que no sea punzante. El hoyo debe taparse de inmediato con la misma tierra que hubo que quitar para llegar a la trufa. Es conveniente dejar parte de la producción de trufa sin sacar para asegurar la dispersión de sus esporas.

Para asegurar la recolección de la cosecha de trufas hay que tener un número de perros suficiente. Como cifra orientativa, se trabaja con uno o dos perros cada dos hectáreas. Esta cifra se refiere a la etapa en plena producción y en el supuesto de que la tercera parte de los árboles hayan desarrollado calveros. La vida media de un perro trufero es de unos seis-ocho años.

La trufa es un producto perecedero que ha de venderse semanalmente para evitar que se deprecie por desecación o enmohecimiento. Puede almacenarse en un sitio fresco, seco y oscuro.

La producción media de una plantación trufera oscila de 20 a 60 kg por hectárea y año. Por término medio la producción de trufas se inicia a los diez o quince años. Al principio solo un 5 % de árboles es productor de trufas, dando una cosecha de unos 5 kg/ha/año. A los veinte o veinticinco años se entra en una etapa de plena producción, que dura unos diez o quince años. Durante esta etapa el porcentaje de pies productores se incrementa hasta conseguir unos 80 kg/ha/año. A partir de los treinta y cinco o cuarenta años comienza el declive, hasta que sobre los cincuenta años, la producción se reduce y se llega a hacer insignificante con el paso de los años. En las mejores plantaciones el porcentaje de árboles con calveros raras veces rebasa el 40%, estando la media entre un 20 y 30% de pies productivos.

El precio de la trufa negra de primera categoría, como la que se recolecta en la comarca de Sigüenza, varía en función de cada temporada y de la oferta que se obtenga en la misma, generalmente viene oscilando, de media, en los últimos diez años, a unos precios entre 350 y 550 €/kg. 

El informe final del incendio de Guadalajara descarta negligencia en las 11 muertes

Los peritos achacan el siniestro a un fuego imprevisible y a la elección de la ruta de escape

El País - RAFAEL MÉNDEZ - Madrid - 16/07/2007

FOTO: REUTERS
 Dos años después del incendio de Guadalajara, el juzgado de Sigüenza que investiga la muerte de los 11 miembros del retén ya tiene el informe pericial definitivo encargado por la juez: "No se aprecia imprudencia ni negligencia en las operaciones de combate del incendio", concluye el dictamen, elaborado por peritos independientes tras analizar todos los informes periciales previos existentes en la causa. El informe, entregado al juzgado el pasado junio, determina que el fuego era imprevisible y que "la ruta de escape" que adoptó el retén de 11 bomberos al verse rodeado por el humo "resultó fatal, situación achacable sin duda al cúmulo de circunstancias de índole físico y natural".


  El 17 de julio de 2005, el retén de Cogolludo se adentra en una ladera junto al pueblo de Santa María del Espino para combatir el incendio que desde el día anterior azota Guadalajara por una imprudente barbacoa. Son 12 en un todoterreno y camiones. Ningún avión está en el aire por el fuerte viento. Nadie sabe que están allí. A las 17.33, el jefe del retén, Pedro Almansilla, pide ayuda por última vez al 112. Sin éxito. Fallecieron 11 de los trabajadores. Sólo uno, Jesús Abad, se salvó al meterse bajo el camión bomba que conducía.
   Desde entonces, el Juzgado número 1 de Sigüenza instruye una causa para ver si los excursionistas cometieron un incendio imprudente, si son responsables de las 11 muertes y si los medios de extinción pudieron evitar el siniestro. Ante la proliferación de informes a veces contradictorios y con partes vinculadas a las Administraciones, la juez encargó al Colegio de Ingenieros de Montes de Madrid un peritaje definitivo con seis cuestiones:
1) Si el fuego se inició en la barbacoa (los excursionistas dicen que hubo una misteriosa llamarada a sus espaldas);
2) Si el retén fue engullido por un fuego de tipo eruptivo o por un ascenso de las corrientes de aire tipo Venturi (ascenso súbito de gases por un efecto de succión); los informes discrepaban;
3) Si fue imprudente encender una barbacoa ese día debido a las condiciones meteorológicas;
4) Si se pudo evitar la propagación del fuego;
5) Si la barbacoa estaba en un sitio seguro;
6) Si "debido al comportamiento del incendio horas antes de producirse los 11 fallecimientos (...) podríamos estar ante un accidente o no".
   Las primeras, referentes a la barbacoa, son las que tienen más relevancia penal, ya que los únicos imputados son los excursionistas y el devenir del caso depende en gran parte en dilucidar si hubo imprudencia al encender la barbacoa. Pero la última, la de ver si fue un accidente o si hubo negligencia, es relevante ya que el abogado de ocho de las familias de las víctimas insiste en acusar a la Junta de Castilla-La Mancha de negligencia y ha pedido más indemnizaciones de las que han recibido. El informe le deja poco margen para la reclamación.
   El dictamen ha sido elaborado por los técnicos forestales Ana Belén Padrino y Gonzalo Carpintero. Tiene 32 páginas y fue entregado al juzgado el pasado junio. Señala que el lugar elegido por el retén para atacar las llamas no era el más seguro: "Entendemos que el conjunto de equipos de extinción que entró operativo en ese flanco oeste del incendio pudo tener exceso de celo". "Tuvieron que haber visto muy claro" que al sur no tenía fuego o, de lo contrario, siempre según el peritaje, "hubieran decidido atacarlo en otro punto".
   Una vez sorprendidos por las llamas, "los medios de extinción tuvieron una buena maniobra de respuesta ante un imprevisto abandonando los equipos de combate y retirándose a las zonas de ataque, pero con una decisión arriesgada" al elegir esa ruta de salida. Aún así, concluyen que "no se aprecia imprudencia ni negligencia en las operaciones de combate del incendio por parte de los medios de extinción afectados y sí una confianza en la solución adoptada como ruta de escape que resultó ser fatal, situación achacable sin duda, al cúmulo de circunstancias (viento, temperatura...)" que rodearon el siniestro.
   Los peritos afirman que "la evolución del frente de llama de la ladera al sur donde se encontraban combatiendo los medios de extinción fue imprevisible y repentino para ellos, situación que creó una sucesión de lances y acontecimientos accidentales que concluyó con el fallecimiento".

3.000 llamadas al 112
   Del informe se extraen varias conclusiones que ya habían salido durante la instrucción: en la gestión del incendio hubo descoordinación y falta de medios, como reflejan las 3.000 llamadas recibidas esos días en el teléfono 112 de Castilla-La Mancha, en el que los equipos no sabían dónde estaban los otros, las órdenes a veces no estaban claras y todo el mundo se quejaba de la falta de medios. La pregunta es: ¿más aviones hubiesen evitado las 11 muertes? Si el fuego que engulló al retén fue "imprevisible" difícilmente se podrá imputar a algún responsable de apagar el fuego. El abogado de los familiares pidió en 2006 imputar a Antonio Solís, coordinador provincial de incendios de Guadalajara, como responsable de las muertes, pero la juez la denegó por falta de pruebas.
   El resto del informe no deja en buen lugar a los excursionistas y en especial a Marcelino Herce, que conocía la zona y preparó las parrillas tras pedirle fuego al guarda de la cueva de los Casares, Emilio Moreno, también imputado.
   En la disputa técnica sobre si el fuego ascendió ladera arriba por una erupción del fuego o por el efecto Venturi, los peritos se inclinan por esta segunda teoría, ya que los medios de extinción no fueron carbonizados directamente por la explosión de fuego, sino que, rodeados por el humo, intentaron escapar.


El origen del fuego fue la barbacoa

   El informe concluye que el origen del fuego fue la barbacoa y que prender lumbre en ese lugar y en ese momento -"era público que nos encontrábamos en una ola de calor sahariana"- "suponía un riesgo elevado de incendio" aunque la barbacoa estuviese permitida. El informe alude a un despiste en su control pues este tipo de incendios, puntuales y de baja magnitud (un ascua que escurre hasta el suelo) son "fácilmente controlables en primera instancia". Además, duda de que Marcelino Herce utilizase carbón vegetal para encender la barbacoa y minimizar el riesgo de incendio.
   La juez preguntó también a los peritos si era lógico que hubiese allí una barbacoa, que estaba acondicionada por la Junta de Castilla-La Mancha. El informe concluye que "para unas condiciones atmosféricas normales y un uso diligente" se encuentra dentro de los parámetros de "bajo riesgo de incendio".

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Balsa artificial contra incendios forestales en Guadalajara

Diciembre 2010

Se ha concluido la ejecución de una de las balsas artificiales impermeabilizadas con mayor capacidad de la provincia de Guadalajara, proyectada para ser utilizada por los medios de extinción de incendios forestales.

La infraestructura, que tiene una capacidad para unos 9 millones de litros de agua, puede ser usada tanto por los medios de carga en tierra como por los aéreos de carga vertical.

Las obras han tenido un presupuesto superior a los 60.000 €, se ha ejecutado en tres meses y han sido diseñadas y dirigidas por el Ingeniero Técnico Forestal, D. Gonzalo Carpintero Laguna.

La construcción se ha llevado a cabo en el término de Tortuera, en la comarca de Molina de Aragón, sobre terrenos de propiedad particular que han cedido su uso al Servicio Provincial de Medio Natural conforme a las condiciones de subvención para medidas preventivas contra incendios forestales de la Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha, y comenzará a ser usada en la próxima campaña de defensa contra incendios forestales.

PORN del futuro Parque Natural del Valle de Alcudia

Brazatortas acogió la reunión de Acodeval en la que se presentaron las alegaciones al PORN del futuro Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona
25 de octubre de 2009. Artículo publicado en www.oretania.es

Redacción· El pasado jueves, día 22 de octubre, se celebró en Salón de Actos del Ayuntamiento de Brazatortas una reunión convocada por la Asociación para la Conservación y Defensa del Valle de Alcudia (ACODEVAL) a la que asistieron más de cien personas entre ganaderos, afectados por la declaración de parque natural, propietarios, cazadores y agricultores de la zona.

En dicha reunión se presentaron oficialmente las alegaciones a Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del futuro Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona realizadas por Acodeval. Así las cosas, en la exposición de las mismas la abogada de la asociación, Dña. Isabel Cano Cordero, señaló la gravedad de declarar de uso público todo el territorio protegido, lo que significa en la práctica una expropiación encubierta sin indemnizaciones, ya que éstas no llegarán nunca porque la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha no tiene presupuesto. Asimismo, Cano Cordero señaló que en el caso del Parque Nacional de los Picos de Europa tras doce años de litigios y de lucha contra Gobierno Central ésta aún no ha realizado la Memoria Técnica financiera y de viabilidad, si bien el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) de dicho parque está anulado por el Tribunal Supremo y aún no ha entrado en vigor.

También destacó la jurista de Acodeval que el PORN invade competencias municipales, viola la intimidad y tranquilidad de las fincas y frena el desarrollo actual y futuro de los pueblos y de toda la zona, con la pérdida de empleo que ello conlleva.

Asimismo, la abogada de la asociación puso de relieve que no es necesaria una protección de la zona, dado que por un lado ya reconoce el PORN que tiene un ‘excelente grado de conservación’ y por otro, que se trata de una zona suficientemente protegida por otros instrumentos y absolutamente regulada sectorialmente, de ahí que el PORN añade una súper protección ambiental añadida en una zona que al estar transformada por la mano del hombre no es objeto de la protección de parque que señala la Ley 9/1999 de Conservación de la Naturaleza de Castilla-La Mancha.

Asimismo, el Ingeniero D. Gonzalo Carpintero Laguna señaló la insostenibilidad técnica de las prohibiciones y limitaciones impuestas a todos los usos, aprovechamientos y actividades regulados por el parque y que van en contra del desarrollo del medio rural.

Tras la explicación del contenido de las alegaciones se abrió un turno de preguntas en el que intervino el alcalde de Brazatortas, Pablo Toledano, quien hizo especial hincapié en la preocupación del público asistente por la pasividad de los ayuntamientos respecto al PORN, la inevitable depreciación del valor que van a sufrir sus fincas y la imposibilidad de continuar con el normal desarrollo -ya de por sí costoso- de sus explotaciones agropecuarias, forestales y cinegéticas.

El acto concluyó con la intervención de José Ramón Montoya, presidente de Acodeval - Asociación para la conservación del Valle de Alcudia, quien animó a todos los afectados a luchar sin desánimo contra la creación del parque, afirmación compartida por Urbano Pedro Herrero, presidente de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Carnes del Valle de Alcudia, persona que además hizo hincapié en la imposibilidad de continuar con la denominación de origen de la carne si "los cebaderos se limitan y se prohíben y además no se pueden instalar en los alrededores de los núcleos urbanos".

ACTIVIDAD PROFESIONAL

INGENIERÍA DEL MEDIO NATURAL Y RURAL - Consultoría y Asistencia Técnica
   Sede:  Alcalá de Henares (Madrid)
   Ambito de actuación:  nacional

Gonzalo Carpintero Laguna
   Ingeniero Técnico Forestal

Ana Belén Padrino de la Mata
   Ingeniera Técnica Forestal
   Licenciada en Ciencias Ambientales

Áreas de Actividad:
1.- Gestión y Ejecución de Obras
2.- Proyectos y Documentos Técnicos de Ejecución
3.- Impacto Ambiental: Consultoría y Estudios - Dirección y Vigilancia ambiental
4.- Estudios Ecológicos
5.- Gestión Cinegética: Planes Técnicos de Caza - Gestión de Cotos y Fincas de Caza
6.- Planimetría y Deslindes
7.- Inventarios, Valoraciones y Tasaciones
8.- Ordenación, Planes Técnicos y Dasometría
9.- Informes, Dictámenes y Peritaciones Judiciales
10.- Asistencia Técnica a Ayuntamientos y Administraciones
11.- Asistencia Técnica a Empresas y Organismos
12.- Prevención de Riesgos Laborales
13.- Educación Ambiental, Enseñanza Profesional y Divulgación

Dirección de correo electrónico:  gocarpintero@gmail.com
Teléfono de atención:                   649 091510