Naranjos de los Osages (Maclura pomifera) en Valdeavero (Madrid)

Por  Ana Belén Padrino de la Mata                                                               Enero 2017
      Gonzalo Carpintero Laguna


En fechas recientes se ha podido constatar en el municipio de Valdeavero la presencia naturalizada de varios ejemplares de una especie vegetal rara, no habitual en la península ibérica, denominado comúnmente como naranjo de los osages (Maclura pomífera).


Su localización y caracterización se ha realizado en los alrededores de la zona conocida como La Chopera, que es una zona de recreo municipal, al sur del casco urbano de Valdeavero, entre las carreteras M-119 y GU-102, con coordenadas UTM: 471.611 / 4.497.645, altitud de 705 m snm, sobre el margen norte del Camino de La Cardosa o Calle Álamo, en una zona llana de la vega del Arroyo de la Marcuera, con suelos fértiles y profundos, con presencia aledaña de numeroso arbolado de diferentes especies (chopos, acacias, olmos y otras), y que mantienen un aspecto muy naturalizado, sin intervención antrópica alguna. Se les estima una edad de entre 15 a 20 años.


Es un grupo reducido de árboles que muchos valdeavereños tienen identificados en sus paseos por los alrededores del municipio, sobre todo por sus exuberantes frutos verdoso-amarillentos, casi fosforitos, que les distinguen de los sobrios y recios árboles mediterráneos típicos del municipio como las encinas, los olmos y los chopos, y que se desconoce, hasta el momento, su origen y procedencia en el municipio.




El nombre del género Maclura está dedicado a William Maclure (1763-1840), geólogo y naturalista escocés afincado en Estados Unidos. La denominación específica pomifera debe su nombre al parecido de sus infrutescencias con las manzanas, de pomo, manzana y fero, llevar. El nombre común se debe a los Osages, una tribu sioux, cuyas pinturas de guerra realizadas sobre su cuerpo procedían del jugo amarillento de los frutos y de la madera de este árbol, y sobre todo utilizaban su madera para fabricar los arcos, flechas y sus mejores mazas de guerra.

El naranjo de los osages, a pesar de su nombre y del aspecto de su fruto, no es un cítrico, sino que pertenece a la familia de las moráceas (Moraceae). De hecho, a semejanza de las moras y los higos (de su misma familia), el fruto es en realidad una infrutescencia formada por múltiples drupas pequeñas de una sola semilla.

De lo dicho anteriormente es fácil deducir que es una especie nativa de Norteamérica, más concretamente del sureste, de la cuenca del Río Rojo (afluente del Misisipi), en lo que hoy son los Estados de Texas, Arkansas y Oklahoma. Se introdujo en Europa a principios del siglo XIX a través de las rutas comerciales que tenía implantada Inglaterra con su colonia norteamericana, con motivo de incrementar la industria textil británica de sericultura (la cría del gusano de seda) pues al ser una morácea se pretendía que mejorase y ampliase el cultivo de la morera (el gusano se alimenta de las hojas de ése árbol), pero no llego a ser tan efectivo como aquella en su cometido y sobrevivió como planta para seto o cercado.

Este árbol ha sido plantado artificialmente en diferentes puntos de la península ibérica, siendo por tanto una especie alóctona. Sus citas más significativas se refieren a jardines emblemáticos y zonas ajardinadas, encontrándose en el Zoobotánico de Jerez, en La Cartuja de Sevilla, en los parques del Retiro y El Capricho de Madrid, en el Jardín Botánico Atlántico de Gijón, en el Parque de la Ciudadela, Montjuit y varias calles de Barcelona, así como en el Jardín Botánico de Lisboa. También hay varias citas de esta especie por el resto de Europa: Francia (París, Montpellier), Hungría (Balatonfüred, Sellye), Eslovaquia (Bratislava, Surany), Países Bajos (Maastricht, Vught), Bélgica (Liège), Alemania (Potsdam, Kassel, Kleinzschocher).

Es por ello, que la localización naturalizada en Valdeavero de varios de estos ejemplares le infiere al municipio una especial significación en la geobotánica peninsular, a pesar de su procedencia no autóctona.

Es un árbol caducifolio que puede llegar a los 10 o 12 metros de altura. Desarrolla ramas largas y robustas, con espinas axilares. Cuando brotan las hojas, forman una copa globosa que tiende a irregularizarse con la edad. Las hojas son simples y alternas, ovado-lanceoladas, de unos 6-12 x 5-8 cm, con el margen entero, glabras y de color verde oscuro lustroso en el haz y algo más pálidas y con algunos pelos en los nervios por el envés. En el otoño se vuelven amarillentas antes de caer, el pecíolo es pubescente, de unos 3,5-5 cm de longitud.

Es una especie dioica, es decir con flores unisexuales en individuos separados. Los pies machos, tienen flores masculinas verde-amarillentas, dispuestas en inflorescencias globosas o cilíndricas de 1,5-2,5 cm de largo. Los pies hembras, tienen las flores femeninas sobre los brotes del año, verdes, de 2-3 mm de largo que se disponen en inflorescencias capituliformes más o menos esféricas, de 3-4 cm de diámetro, péndulas, sobre pedúnculos muy cortos.

El grupo de individuos localizado en Valdeavero se compone de cinco (5) árboles o pies machos, ubicados más cerca del camino, y cuatro (4) árboles o pies hembra, ubicados más alejados del camino, en el interior de la parcela. Los pies hembra tienen algunas ramas principales tronchadas, seguramente por el peso de los frutos sobre éstas.

El fruto que resulta de la fecundación es un sincarpo globoso, verde o verde-amarillento, brillante, de 8-12 cm de diámetro, más medio kilo de peso, y un penetrante aroma cítrico (de ahí también su nombre), con gran cantidad de drupas verdosas o amarillentas reunidas en forma de globo que le dan un aspecto irregular a su superficie, recordando por su aspecto a una naranja; al romperse exuda savia lechosa, adquiriendo un color verde-anaranjado cuando madura; no es comestible pero contiene un anti-oxidante que se puede utilizar como conservante de alimentos. Las semillas son ovales u oblongas, de 8-12 x 5-6 mm, cremosas, con la superficie diminutamente estriada.


Es conocido que, debido a su aroma cítrico, estos frutos se colocaban en los armarios y estancias de las casas para repeler insectos, y que también es llamado “cerebro verde” pues su aspecto exterior es similar a los giros o circonvoluciones del cerebro de los animales, otro testimonio de la extraordinaria creatividad del reino vegetal.


Es una especie muy rústica que crece casi en cualquier tipo de suelo, requiriendo de climas templados, incluso cálidos, y una exposición tendente a soleada. Se reproduce por semillas, que deben ser del año, así como también por esquejes leñosos en verano. No actúa como especie invasora del ecosistema, a pesar de ser alóctona, pues sus semillas necesitan reunir ciertas condiciones ecológicas para germinar y desarrollarse, que no todos los años y terrenos donde se han plantado las generan.

Su madera es pesada, compacta, flexible, amarillenta, muy resistente y duradera, comercializada como madera de hierro. Se utilizó en los EEUU para la fabricación de bordes de ruedas para carretas de caballos, decayendo ese uso al aparecer el automóvil. También fueron empleadas grandes cantidades de madera de esta especie en la fabricación de traviesas para las largas líneas de ferrocarril que discurren por todo Norteamérica, para pilares de puentes, postes de teléfono, y en menor cantidad también se empleó en la fabricación de poleas, suelos, etc.

De la corteza se extrae un flavonol: la morina, que se utilizaba como tinte amarillo y en algunas aplicaciones farmaceúticas de índole antibiótica.

LAS CRÍAS DE CORZO NO ESTÁN ABANDONADAS... ¡NO LAS COJAS!

Si paseas por el campo tranquilamente y te encuentras una preciosa cría de corzo desvalida, que no camina, asustada y sola, algunas personas en buena fe y como amantes de la naturaleza tratan de ayudarla, se puede pensar incluso que algún cazador desaprensivo ha matado a su madre y se ha quedado huérfana en el mundo.

Si te la llevas a casa y tratas de criarla con biberón o llamas a los Servicios de Medio Ambiente, seguro que piensas que has hecho lo correcto, pero, todo lo contrario, acabas de quitar la cría a una madre.

Tú no la has visto, pero la madre al oír al hombre se aleja y no se deja ver, puesto que es un animal salvaje y su cría, siguiendo el instinto de los cérvidos de pocas semanas de vida, se queda tumbada muy quieta en la hierba, inmóvil, confiando en la seguridad del camuflaje de su mimético pelaje, actitud que adoptan para evitar dejar rastros que puedan ser detectados por los depredadores.

En tu casa e incluso en un centro de recuperación, morirá a los pocos días ya que es bastante difícil sacarlas adelante por el cambio de alimentación, y aunque sobreviva, no podrá liberarse de nuevo en el campo, pues se produce un cambio en su cerebro (troquelado de impregnación psíquica) y empiezan a considerar al ser humano como de su especie, siendo además un grave peligro para nosotros mismos cuando, viviendo en cautividad, ya que los machos cuando se hacen adultos atacan durante la época de celo.

El corzo es una especie silvestre en expansión, presente tanto en bosques como en los albores de las tierras agrícolas. Las hembras dan a luz por estas fechas, entre abril y mayo, dos o incluso tres corcinos, que es como se llama en castellano a sus crías.

Tres sencillos consejos nos señalan el correcto comportamiento en el caso de que nos encontramos a una cría de estos animales en el campo:

No se debe recoger, no está abandonado. Su madre siempre está cerca, observándolo, y le protege.

No se debe tocar, ya que pueden impregnarse de nuestro olor y su madre puede abandonarlo.

No debes permanecer en la zona, ya que impregnamos el entorno con nuestro olor y la madre puede rehusar acercarse, lo que supondría que los chillidos del corcino desvalido reclamando a su madre atraerán a depredadores oportunistas, como el zorro.



Además debes saber que coger y criar en cautividad un animal silvestre, así como extraer animales de un coto de caza es un acto ilegal y furtivo.

RINCONES NATURALES: Puerto Peña, un enclave natural en la siberia extremeña.



Gonzalo Carpintero Laguna Ó2013 


Tras cruzar las llanuras manchegas que pérfidamente intentan atrapar al Guadiana, éste desciende hacia el Atlántico confinándose sobre el enérgico relieve de la siberia extremeña. El río magnifica su líquida naturaleza sobre el sólido relieve terrestre en distintos embalses, entre los que destaca el popularmente conocido pantano de Puerto Peña, oficialmente Embalse de García Sola. Este fue construido en 1962 con motivo del gubernamental Plan Badajoz, de incierto desarrollo colonial.

La comarca del enclave se conoce como siberia extremeña aludiendo a la baja densidad de población que tradicionalmente ha tenido y que se vio gravada por un aislamiento y atraso socio-económico, careciendo durante mucho tiempo de vías de comunicación y servicios, subsistiendo a base de explotaciones agro-pecuarias de alcance local.

El ecosistema original y mayoritario del enclave natural es el propio de las esclerófilas mediterráneas templadas, encinas, alcornoques, con presencia constatada de quejigo, y con un estrato arbustivo muy denso y profuso a base de brezos, jaras y madroños, acompañados por especies menos fecundas como el durillo, labiérnago, lentisco, cornicabra, mirto, o el torvisco, entre otras.

El paisaje que se puede contemplar desde las cumbres (a más de 600 m sobre el nivel del mar, y unos 300 m por encima de la cota del agua embalsada) es un mosaico de circunstancias antrópicas. Entre las zonas que las rocas permiten acoger vegetación se implanta el citado ecosistema original esclerófilo (de tono verdoso-oscuro), que se ve sesgado en franjas donde hay posibilidad edáfica para el cultivo a modo de dehesa; y complementado ampliamente con áreas de forzada vocación protecto-hidrológica a base de eucaliptares de tonos anaranjados y pinares de matices glaucos, procedentes del desarrollo que llevó a cabo el Patrimonio Forestal del Estado durante el segundo tercio del siglo XX, que llegó a declarar toda esta zona junto con las limítrofes de Cáceres y Ciudad Real como comarca de interés forestal (Decreto 1952) tratando de remediar el estado de los montes, desprovistos de árboles por un excesivo sobrepastoreo, y facilitar en una importante parte el plan de repoblación forestal comprendido en el de colonización, industrialización y electrificación de la provincia de Badajoz.

Con tiempo y paciencia se pueden observar numerosas especies de aves, como el buitre leonado (muy característico), algún buitre negro despistado de sus áreas de campeo alejadas de éstos territorios, cigüeñas blancas, y algunas rapaces ibéricas como águila real, águila perdicera, águila calzada, halcón peregrino, azor, cernícalo primilla, etc, todas ellas con un alto valor ecológico. Entre la densa vegetación conviven jabalíes, ciervos y corzos (de una gran calidad cinegética) con especies menores como comadrejas, tejones, conejos y liebres, entre los más significativos.

Las poblaciones piscícolas presentes en el agua embalsada del Guadiana son otro de los atractivos del enclave, pudiendo encontrar lucios (algunos de gran tamaño) junto con black-bass, percasoles, barbos, carpas y bogas, junto con otras especies de menor interés deportivo y culinario, pero de gran importancia ecológica como la pardilla, el cacho, la colmilleja, el calandino o la gambusia.


La belleza del enclave, en el que se entremezclan formaciones rocosas, agua y bosques, y su posibilidad de disfrute, favorecen la atracción de numerosos veraneantes y turistas. En los bosques se puede practicar la caza organizada y regulada en los distintos cotos privados, y en las aguas, pesca, piragüismo navegación a motor, vela y baño.

Recuperación de aprovechamientos forestales tradicionales: la resina

Gonzalo Carpintero Laguna @ 2013

La situación económica actual está propiciando una recuperación de la resina como materia prima forestal, recurso de gran importancia económica hace décadas y que fue abandonado hace años por una coyuntura de causas, fundamentalmente el desplome del precio por la irrupción del petróleo y sus derivados, el desarrollo tecnológico de nuevos productos químicos, la creciente competencia internacional con precios más bajos, y la tendencia vertiginosa de la población española a abandonar el mundo rural.

A final de los años 60 y comienzos de los 70 fue cuando España marcó su récord de producción de resina, miera para los afines al sector. Después llegó la caída libre, hasta la práctica extinción del sector, quedando reducido a unas tres factorías en Segovia, casi simbólicas y con una rentabilidad casi nula.

Para hacerse una idea de la importancia económica que tuvo el sector de la resinación cabe recordar que a principios de los años 60, sólo en la provincia de Segovia había 27 fábricas de resina, y al menos una decena en cada una de las provincias de Ávila, Soria, Cuenca y Guadalajara, provincias del interior peninsular con mayor proporción de pinares resinables (los propios del pino resinero, Pinus pinaster).

En Guadalajara destacaban las fábricas de La Avellaneda, en Anquela del Ducado y sobre todo la factoría de Mazarete, denominada La Cándida en honor a la madre del Ingeniero de Montes D. Calixto Rodríguez, que propició su puesta en marcha en 1883, y que fue un importante núcleo industrial, no solo comarcal sino nacional, llegando a emplear a más de 1.000 obreros, aparte de los resineros, contando con la tecnología más avanzada de la época, que separaba los componentes de la miera (colofonia y trementina o aguarrás) mediante la destilación por arrastre de vapor. En esta factoría se consiguió que a partir de una miera de muy buenas propiedades que generaban los pinares del Ducado de Medinaceli, y que se recogía por el método Hugues o tradicional, se obtuvieran resinas de primera, segunda y tercera; breas claras y negras, y esencias de trementina de excelentes calidades (fuente: Antonio Berlanga Santamaría, Centro de Estudios de Castilla La Mancha).

Son muchas las aplicaciones de los componentes de la resina obtenida de los pinos:
  • La colofonia, se utiliza en la producción de papel, adhesivos, tintas de impresión, compuestos de goma, revestimientos superficiales, barnices, pinturas, esmaltes, soldaduras, fósforos, redes de pesca, productos de limpieza, insecticidas, usos farmacológicos, construcciones, embarcaciones, etc...
  • La trementina o aguarrás, por otra parte,  es de amplio uso en la industria química, como fuente de aromas, fragancias, sabor, insecticidas, disolventes, etc

En el año 2010, el mercado de la miera (resina) estaba totalmente hundido. Se pagaba por debajo de 0,60 euros el kilo de resina, lo que suponía que el resinero no ganaba dinero con su trabajo, quedando unas 20 ó 30 personas en toda España dedicadas a esta labor, confinados casi exclusivamente a la comarca de Tierra de Pinares (Segovia) y algunas zonas de Ávila, practicada de modo parcial de forma que era un complemento a otros empleos, además estos últimos resineros tenían una edad ya avanzada para ejercer bajo esfuerzo, que no con precisión, las labores propias de resinación.

En el año 2011 el precio del kilo de miera subió ligeramente por encima de 1 euro, esto unido a la necesidad de ocupaciones laborales alternativas a las dominantes, ha supuesto que se cambien muchos esquemas sobre el denostado sector de la resina.

Los expertos achacan la subida del precio de la resina nacional a la confluencia de varios factores, entre ellos, el aumento del precio del petróleo y sus costes de importación; el autoabastecimiento de los dos principales productores mundiales, China y Brasil; y la especulación sobre la resina importada, que ha vuelto a hacer competitiva la miera nacional, de mayor calidad. A estos factores hay que añadir, sin duda, la actual y duradera crisis económica y de conceptos laborales que ha dejado a casi un cuarto de la población española en el paro.

Actualmente, las provincias con mayor tradición y potencial resinero (en nº de has de pino resinero) están motivando la reactivación del sector mediante la formación en el oficio de resinero de parados y personas interesadas en la vida rural, en respuesta a la necesidad de cambiar el modelo laboral hasta ahora vigente, circunstancia propiciada por la apuesta de industrias por este producto forestal nacional, sin la que no sería viable el desarrollo de la resina como materia prima económicamente sostenible.

En la provincia de Guadalajara se pueden observar ya las primeras fases de resinación (desroñe y preparación de la cara) en algunos rodales de montes de pino resinero, como en el monte Las Cabezadas (nº 264 de UP) sobre el término de Semillas, en la comarca de la Sierra Norte.
  



Detalle del desroñe de la cara del pino a resinar y colocación de la grapa metálica que posteriormente volcará la miera sobre el pote que se coloque debajo de ésta.





... apréciese el detalle de las primeras exudaciones de resina tras la hendidura de la grapa en la albura del tronco del pino, ....



RINCONES NATURALES: el alto Tajuña

por Gonzalo Carpintero Laguna     @2013

Otoñada en la ribera del alto Tajuña                                       Cortes de Tajuña (Guadalajara)

El río Tajuña (del latínTagonius) es un cauce alcarreño, habitualmente relegado y postergado en la opinión pública, posiblemente por la profusión mediática y ambiental del cercano y cardinal río Tajo y su Parque Natural.

El Tajuña es el segundo río con mayor longitud de la cuenca del Tajo, después del mismo Tajo, con más de 250 km de longitud. Nace en la gélida paramera de Maranchón, al norte de la provincia de Guadalajara, y atraviesa toda la provincia de norte a sur, para adentrarse en la Comunidad de Madrid, por su zona sureste, hasta su desembocadura sobre el Jarama, en el entorno del pueblo madrileño de Titulcia.

Su alumbramiento en un páramo agrícola hace casi imposible su percepción física si ésta se desconoce, confundiéndose con una simple acequia entre sobrios y alomados cultivos de cereal. Hasta que no pasa por el pueblo de Luzón y se adentra sobre el de Anguita no se reconoce como un cauce fluvial al uso, mostrando ya sus características hidráulicas y variedades botánicas riparias.

Importantes fueron sus poblaciones de trucha común y sobre todo de cangrejo autóctono, hoy casi inexistentes, y que dotaron a la comarca durante décadas de recursos económicos alternativos. Su vega alta tiene una gran tradición en populicultura, chopos, sobre todo los municipios de Anguita, Luzaga y Cortes de Tajuña, pueblos forestales por excelencia, quedando cada vez mas relegados todos estos recursos naturales por la paulatina y agravada decadencia de la explotación hidrológico-forestal en la economía local de estos municipios y la consecuente disminución de población que vienen manteniendo éstos desde entonces.

Incluso sus aguas altas, limpias y puras, sin apenas contaminación han sido tradicionales y óptimas para establecer no solo explotaciones forestales vegetales, sino también explotaciones forestales animales, como las piscifactorías de trucha, que han surtido de excelentes individuos vivos para repoblar otros ríos, así como exquisitas piezas para consumo culinario.

No solo cabe reconocer la importancia económica local de este cauce para los pueblos ribereños de su vega alta, sino también, a la vez y compatible con ésta, como fuente de recurso turístico-ambiental por la notable belleza paisajística de su curso, socavando valles de diversa profundidad sobre las blandas calizas dolomíticas del Mioceno y las frágiles areniscas de Bundstanstein, y sobre todo por la calma y el sosiego de su discurrir por el medio natural, ajeno a cualquier bullicio social.

Actualmente, y tras dejar atrás su representativo y caracterizado curso alto, este cauce es la base del recurso hídrico de primera necesidad de más de treinta municipios de la Alcarria y sureste de la Comunidad de Madrid, mancomunados bajo la Mancomunidad de Aguas del río Tajuña, para su abastecimiento hídrico ordenado.

LAS VIAS PECUARIAS DE SIGÜENZA

Por Gonzalo Carpintero Laguna
Ingeniero Técnico Forestal

ARTÍCULO publicado en ANALES SEGUNTINOS Nº 26 (2011-2012)

VÍAS PECUARIAS son aquellas rutas o itinerarios por donde discurre o ha venido discurriendo tradicionalmente el tránsito ganadero. Así mismo tienen también la consideración de Vía Pecuaria los descansaderos, abrevaderos, majadas y cualquier otro tipo de terreno o instalación anexa a aquellas, que sirva y haya servido al ganado trashumante y a los pastores que lo conducen.

El origen de las vías pecuarias se remonta a la aparición del pastoreo en nuestro país y adquirieron carta de naturaleza con la creación del Honrado Concejo de la Mesta en 1273 por Alfonso X El Sabio, que tenía, además del uso y los fueros establecidos sobre las mismas, la responsabilidad de su mantenimiento y conservación. Posteriormente, tras la abolición del Concejo, en 1836, éstas quedaron a cargo de la Asociación General de Ganaderos del Reino, y finalmente pasaron a corresponder estas funciones a la Administración, dado el carácter de dominio público que les atañe.

Jurídicamente, las Vías Pecuarias son bienes de dominio público y en consecuencia, inalienables, imprescriptibles e inembargables, estableciéndose su régimen jurídico bajo la legislación estatal básica para esta materia, desarrollada posteriormente por las distintas normativas autonómicas.

El destino específico de las Vías Pecuarias es el tránsito ganadero, y aquellos otros de carácter rural que sean compatibles y complementarios de aquél, conforme a la normativa vigente de Vías Pecuarias, inspirados en el desarrollo sostenible y respetuosos con el medio ambiente, el paisaje y el patrimonio natural y cultural.

La función de las vías pecuarias fue una de las de mayor importancia económica en épocas pasadas, y que se ha visto alterada en las últimas décadas para venir a ser, más que caminos de pura trashumancia, instrumentos para la transterminancia, aprovechamientos de pastos, masa común de municipios y otras comunicaciones rurales. De ahí siguió el abandono funcional de gran parte de ellas, con incremento no solo de los difíciles problemas de mantenimiento y conservación, sino de la frecuencia de las ocupaciones más o menos abusivas que se venían y vienen produciendo.

Las Vías Pecuarias se clasifican de forma general según su ANCHURA, siendo los tipos caracterizados:    
Ø  CAÑADA: anchura que no excede de 75,0 metros
Ø  CORDEL: anchura que no excede de 37,5 metros
Ø  VEREDA: anchura que no excede de 20 metros
Ø  COLADA: de anchura variable, a determinar en su clasificación

Estas denominaciones son compatibles con otras de índole consuetudinaria, como azagadores, cabañeras, caminos ganaderos, carreradas, galianas, ramales, traviesas y otras.

La normativa autonómica aplicable a las Vías Pecuarias, conforme a la atribución de competencias a las Comunidades Autonómicas en su ámbito territorial, establece que para el territorio autonómico Castellano-Manchego, al que pertenece el término de Sigüenza, además de la anterior clasificación general básica, una mayor caracterización de las vías pecuarias en función de otros aspectos como:

Su itinerario: 
Ø  Intercomunitarias: cuyo recorrido se prolonga por dos o más comunidades autónomas
Ø  Comunitarias: cuyo recorrido no excede de una comunidad autónoma

Todas las vías pecuarias de carácter intercomunitario se incorporarán a la Red Nacional de Vías Pecuarias creada con la Ley 3/1995 de 3 de marzo, de forma que se garantice la continuidad de las mismas por el territorio nacional.
                  
Su interés:    
Ø  De Especial Interés Natural:
o   Discurren por dentro de Espacios Naturales Protegidos
o   Conectan espacios naturales significativos
o   Poseen un valor especial en cuanto a conservación de la naturaleza
o   Discurren por montes declarados de utilidad pública
                  
Ø  De Especial Interés Cultural:
o   Contienen elementos del Patrimonio histórico, cultural y etnográfico o discurran por las proximidades de terrenos con esas características
                  
Ø  De Interés Socio-Recreativo:
o   Discurren por terrenos con una elevada aptitud de uso recreativo.


El término de Sigüenza cuenta con dos vías pecuarias clasificadas, esto es, reconocidas oficialmente por el Organismo Administrativo encargado de su gestión y conservación. Una de ellas, la de mayor importancia, es un tramo de la Cañada Real Soriana, y la otra, de menor importancia, es denominada Vereda de Ganados.

La primera, en su tramo afecto, atraviesa el término municipal por su lateral este (E), por unos 3.000 m de longitud, alejada del casco urbano, y la segunda, atraviesa el término dorsalmente de N a S, por unos 9.500 m, cruzando por medio del casco urbano de Sigüenza.


Ø    El tramo de Cañada Real Soriana clasificado para el término de Sigüenza se establece sobre una Anchura Legal de 90 varas (medida antigua), equivalentes a 75,22 metros, que es el tipo de vía pecuaria de mayor importancia y clasificación.

El tramo de la Cañada Real Soriana que se cita para Sigüenza se corresponde con la conocida como Cañada Real Soriana Oriental, que es la más larga de las 10 históricas Cañadas de la Mesta castellanas, ya que discurría por unos 800 km de longitud del territorio peninsular central partiendo del norte de la provincia de Soria, junto a la de Logroño y llegando hasta a la de Sevilla, según se citan en diversos documentos oficiales de clasificación. Su uso se correspondía con el paso de ganado trashumante de los frescos pastos de las comarcas serranas de Soria y La Rioja (pastos de verano), hacia los más cálidos y templados de las comarcas Andaluzas y Manchegas (pastos de invierno). Por tanto esta Vía pecuaria es de carácter Intercomunitario, atendiendo a la normativa Autonómica e integrada en la Red Nacional de Vías Pecuarias.

Cabe exponer, por alusión, que las cañadas castellanas eran las de mayor longitud en comparación con las cañadas pirenaicas, ya que éstas transitaban entre los altos pirenaicos (pastos de verano) y las comarcas del valle del Ebro y otras catalanas (pastos de invierno).

En lo estrictamente local, es significativo como esta Cañada Real desarrolla un trazado circundante al casco urbano de Sigüenza, de manera que un supuesto trazado rectilíneo del itinerario N-S que ésta encamina, haría que pasase por el mismo casco urbano de Sigüenza. No obstante, eso no ocurre, pues el itinerario que ésta desarrolla en el entorno de Sigüenza rodea su casco urbano a unos 4 km al este (E).

El tramo seguntino de esta Cañada Real, descrito de N a S, entra por el vértice S del término de Alcuneza (actualmente pedanía del municipio de Sigüenza), asciende en altitud por el llamado Camino Quemado, o más bien, Camino del Quemado, en alusión a un incendio en la zona del pinar de Sigüenza-Barbatona, dejando a su derecha (W) el Alto Pinar, o puntal de la torreta (1.199 m snm), y quedando el vértice geodésico denominado Morretón (1.208 m snm) ligeramente retirado a su izquierda (E), unos 500 m.

Desciende desde esos altos, dejando a su izquierda (E) el paraje de Barbatona conocido como Valdehermoso, cruzando después tres elementos físico-geográficos: primero, el camino de Sigüenza  a Barbatona, después la cabecera del Arroyo de Valdemerina, y posteriormente la Carretera de Alcolea del Pinar (actual CM-110), en altitudes que rondan los 1.120 -1.130 m snm.

Una vez atravesada la carretera CM-110, la cañada gira el sentido S que traía, a orientación W-SW, completando el giro de circunvalación alrededor del casco urbano de Sigüenza, y ascendiendo bruscamente hacia la planicie altitudinal que conforman Los Llanos (1.150 m snm). En su recorrido por Los Llanos, atraviesa la Senda de los Negritos y el Camino de Sigüenza a Jodra, deja a su derecha (W) el paraje denominado El Negrito, y más adelante, antes de salir del término seguntino, cruza el denominado Camino o Carril del Pozuelo, adentrándose en el término de Pelegrina (actualmente pedanía del municipio de Sigüenza). La Cañada cruza una porción del norte de este término, discurriendo topográficamente por las cotas de mayor altitud que se corresponden con la divisoria de aguas de los ríos Dulce (al Sur) y Henares (al Norte). Cruza la carretera GU-118, denominada en Sigüenza como carretera de Pelegrina o de Torremocha, y continuando por la divisoria de aguas se establece como límite entre los términos de Sigüenza y Pelegrina, ocupando el cuerpo de la Cañada Real terrenos de Pelegrina, o dicho de otra forma, la cañada transcurre por el término de Pelegrina, siendo su lateral derecho (al NE) el límite con el término de Sigüenza. El desarrollo topográfico de la cañada por la divisoria no es estricto, tendiendo a volcar en algunos tramos hacia las aguas del Henares, dejando el vértice geodésico Mina (1.131 m snm) al sur de ésta.

Finalmente, la Cañada Real se inclina geodésicamente hacia el Sur (S), adentrándose en el término de Pelegrina, y posteriormente en el de La Cabrera, atravesando por el centro su casco urbano, volviendo a configurar su rumbo característico N-S/SW.

Todo este último tramo descrito de la vía pecuaria, desde que atraviesa la carretera de Pelegrina (actual GU-118), discurre por el interior del espacio natural protegido denominado Parque Natural del Barranco del Río Dulce, por lo que este tramo de la vía pecuaria queda clasificado como Especial Interés Natural.


Ø    La segunda vía pecuaria clasificada sobre el término de Sigüenza, es denominada Vereda de Ganados y se le establece una anchura legal de 25 varas (antigua medida) equivalentes a 20,89 metros, que es un tipo de vía pecuaria de menor importancia y clasificación que la anterior.

Describiendo esta vía pecuaria de N-S, se tiene que entra al término municipal seguntino desde el de Alcuneza, entre los parajes de Valderramón y Los Arroyuelos, superponiéndose sobre el Camino de Torre de Valdealmendras, llevando por eje el del camino. Cruza el Camino de Valderramón y desciende hacia el paraje de Valdecán, dejando a su izquierda (SE) la Fuente de los Casares. Atraviesa por el fondo del valle el Camino de Alcuneza a Palazuelos y el Arroyo de Valdecán.

Asciende el Cerro de Villavieja, dejando a su izquierda (E) la balsa de Villavieja, al coronar el cerro, deja a su derecha (W) el Cerro del Mirón y el Camino de la Calvilla, cruzando en la confluencia de éste. Desciende el cerro por la denominada cuesta de las merinas, cruza el Camino de Sigüenza a Alcuneza y el FFCC de Madrid-Zaragoza, casi por el mismo punto, y ya al sur (S) del FFCC cruza el Camino del Pradillo del Ojo y posteriormente el río Henares por el puente del conocido Paseo de las Cruces, internándose en el casco urbano de Sigüenza.

El trayecto por el casco urbano de Sigüenza no viene descrito en la clasificación oficial de esta vía pecuaria pero de distintas publicaciones históricas del municipio y testimonios de vecinos se ha podido deducir su itinerario urbano.

Davara J. en el artículo El Barrio de San Roque, un Barrio Ilustrado, publicado en el Programa de Fiestas de Sigüenza, 1983, expone: <<… desde la puerta de campo de la muralla de la catedral, situada al pie del Colegio de Infantes (actual Colegio de PP Josefinos) discurre el llamado Camino de los Frailes, antigua Cañada de la Mesta, salida natural de la ciudad hacia el norte. El camino cruza la bella plazuela de las cruces, espacio urbano de reposo y sosiego, pasando por delante del convento de Ursulinas >>. La cita deja suficientemente claro que la entrada de esta vía pecuaria al casco urbano de Sigüenza se corresponde con el Camino de los Frailes, actual Paseo de las Cruces, cruzando primero el puente sobre el río Henares y después el caz de los Molinos, tal y como cita el acta de clasificación oficial.

Martínez Gómez-Gordo, J.A, en el libro Sigüenza: glosario de la historia, arte y folclore seguntinos, 1978, cita: <<Atravesando la actual ciudad, barrio de San Roque, pasaba una vereda de ganados…>>,  <<… la vereda de ganados separaba en su origen a las dos pueblas que en tiempo de la reconquista formaban la ciudad: la puebla baja, en la vega del Henares, y la puebla alta, junto al castillo >>, es decir, que la vía pecuaria dividía la zona antigua de la ciudad, en la parte alta y dentro de la muralla, de la zona nueva, en la zona baja, junto al valle y fuera de la muralla, y además <<… tenía un descansadero en los terrenos ocupados hoy por el cine y jardines Capitol >>.

Distintas voces y testimonios de vecinos de Sigüenza corroboran el itinerario de entrada de esta vía pecuaria al casco urbano de Sigüenza, así como el descansadero ubicado en todo lo que actualmente ocupa la Plaza de las Cruces y el edificio Capitol, muy posiblemente construido sobre terrenos pecuarios, donde todavía existe en el interior de los jardines el pilón (fuente) donde abrevaba el ganado.

La vía pecuaria debía bordear por el exterior la segunda muralla de la ciudad, pasando por delante de la denominada Puerta de Guadalajara (actual Plaza de Hilario Yaben), hasta llegar a la Fuente de los Cuatro Caños, donde se separaba de la muralla yendo hacia la Ermita de San Pedro (ubicada frente a las Escuelas Públicas Nacionales, actualmente convertida en vivienda en Camino de los Toros, nº 7) discurriendo por toda la actual Calle Cruz Dorada, hasta llegar al Puente del Tinte, sobre el Arroyo de Valdemerina, que se encuentra frente a la señalada Ermita de San Pedro, trayecto que era la histórica salida natural de la ciudad hacia la zona de Guadalajara y Madrid, por lo que se denominaba Carretera Vieja.

Sale del casco urbano por la el mismo eje que la carretera vieja, entre la Ermita de San Pedro, el Arroyo de Valdemerina y la antigua Fuente de los Espinos. Cruza primero la Carretera de Alcolea del Pinar (actual CM-110) y después la de Masegoso (actual CM-1101), ascendiendo entre el Cerro de la Quebrada a su derecha (NW) y La Buitrera a su izquierda (SE). Al culminar la ascensión, sobre el portillo, toma por eje la carretera de Masegoso (actual CM-1101), dejando a su derecha (NW) la Senda de la paridera del tío Zamarra, que sube hasta la cumbre de La Quebrada (1.105 m snm), y a su izquierda (SE) el Camino de Sigüenza a Pelegrina. Continúa por el eje de la citada carretera (actual CM-1101), dejando Los Llanillos a su derecha, y a su izquierda el Camino de Sigüenza a la Cruzada del Prado, que lleva hasta el Alto del Sabinazo (1.111 m snm).

La vía pecuaria avanza y atraviesa la Senda de Moratilla de Henares a la Mina del Acierto, dejando a su derecha la carretera de Masegoso (actual CM-1101), llevando su eje por el eje de la carretera vieja. Poco antes de llegar al Barranco de la Cañada, la vía pecuaria se une a la referida carretera de Masegoso (actual CM-1101) por su lateral derecho, y pasando el barranco, por la denominada Peña del Ceño, frente al Tallar, se desune de la anterior adentrándose en el término de La Cabrera, por el que continúa.

Ni acta de clasificación, ni el organismo competente trasladan más allá de lo descrito el itinerario de esta vía pecuaria clasificada como Vereda de Ganados, pero los indicios históricos y fisiográficos hacen suponer que ésta se uniera por el sur (S) a la Cañada Real Soriana sobre el paraje del Tallar, que queda a escasos 300 m de donde se cita en su clasificación oficial.

Al igual ocurre por su itinerario al norte (N), donde tampoco se establece itinerario oficial, pero de igual forma, todos los indicios históricos y fisiográficos permiten suponer que ésta partiese de la Cañada Real Soriana en torno al Alto del Mojonazo (1.221 m snm) entre los núcleos de Alboreca, Olmedillas y Torre de Valdealmendras, y se estableciese sobre el citado Camino de Torre de Valdealmendras a Sigüenza, hasta la entrada en este término, donde ya aparece descrita y reconocida, tal y como se ha expresado anteriormente.

De lo establecido y estudiado, se puede determinar que el grueso tránsito ganadero intercomarcal se desviaba del casco urbano de Sigüenza, en cierto modo provocado, procurando con ello no causar graves interferencias entre los continuos desplazamientos de rebaños ovinos numerosos y todo lo que ello acarreaba, sobre el desarrollo social y escolástico tan profuso que mantenía la ciudad de Sigüenza. Y para no perjudicar los intereses comerciales de la ciudad, se establecía una vía secundaria que procurara la entrada y salida del ganado y sus pastores a la ciudad, abasteciendo sus mercados y favoreciendo el acceso de todo el comercio y el desarrollo que se establecía en torno a la Mesta.

Tras analizar el escenario de comunicación pecuaria reconocido para el municipio, y aventurando a establecer una odiosa pero evidente comparación, se puede deducir que el tránsito ganadero de Sigüenza ha tenido históricamente una situación parecida a la actual comunicación rodada, donde se establece una vía principal alejada del casco urbano, y circundante a éste, a la que se accede mediante una vía secundaria que da traslado desde el casco urbano.


DOCUMENTACIÓN:
§  Proyecto de Clasificación de las Vías Pecuarias del Municipio de Sigüenza (Provincia de Guadalajara). Ministerio de Agricultura. Dirección General de Ganadería. Sección de Vías Pecuarias. 1970.

§  Ley 22/1974, de 27 de junio de Vías Pecuarias.

§  Real Decreto 2876/1978, de 3 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de aplicación de la Ley 22/1974, de 27 de junio de Vías Pecuarias.

§  Martínez Gómez-Gordo, J.A, Sigüenza: glosario de la historia, arte y folclore seguntinos, 1978.

§  Davara J. El Barrio de San Roque, un Barrio Ilustrado. Programa de Fiestas de Sigüenza, 1983.

§  Ley 3/1995, de 23 de marzo de Vías Pecuarias.

§  Ley 9/2003, de 20-03-2003, de Vías Pecuarias de Castilla-La Mancha.