Arceuthobium oxycedri (DC.) M. Bieb. (1819), el auge de un oportunista vegetal

Por: Gonzalo Carpintero Laguna   (Ingeniero Técnico Forestal)
       Ana Belén Padrino de la Mata (Ingeniera Técnica Forestal y Lcda. Ciencias Ambientales)

En distintos trabajos profesionales que este equipo técnico viene realizando en los valles de la Sierra de Guadarrama, sobre términos como Collado-Villalba, Moralzarzal y El Boalo, entre otros, siempre nos hemos terminado topando con un esmerado e interesante huésped vegetal. Este laborioso invitado ha despertado suficiente curiosidad, como para dedicarle unas líneas, más allá del inherente defecto profesional.

Arceuthobium oxycedri, es una planta fanerógama perteneciente a la familia de las Viscáceas. Se comporta como un parásito asociado a distintas especies de Juniperus y cupresáceas que habitan fundamentalmente sobre los países de la orla mediterránea o con un clima mediterráneo. Se le podría estipular como nombre vernáculo el de muérdago del enebro o muérdago enano.

Para cualquier persona no experta o interesada en temas botánicos, este muérdago pasa desapercibido ya que presenta bastante integración con su alojador. Incluso para los prácticos, en aquellas observaciones generales de masas, sin precisar en el individuo, y a suficiente distancia como para no interpretar los detalles de la planta hospedante, no se percibe en el conjunto vegetal. Hay que reparar en las circunstancias y patologías que supone su presencia parásita en los individuos hospedantes, incluso en su desenlace vital, para precisar su presencia en los mismos.

Hemos calificado a este muérdago como de laborioso, ya que obra lánguidamente, con extremado acierto y pone cuidado en ser cabal y hábil en su misión vital. Los tallos de Arceuthobium oxycedri se encuentran fuera de los tejidos vasculares de la planta parasitada, naciendo a partir del sistema endofítico (sistema radicular) del parásito y no directamente del embrión. La anatomía que presenta difiere marcadamente respecto de un tallo típico de dicotiledónea. No existe xilema central cilíndrico pero un número de manchas visibles de xilema se encuentran cerca del centro de la matriz parenquimatosa. Aparentemente no hay tejidos de floema en los tallos. Los tallos jóvenes tienen una capa sencilla de epidermis, pero gradualmente son reemplazados en los viejos por una capa de cutícula.

Este es un parásito vegetal que entendemos tiene un bajo nivel de estudio para la dimensión y evolución que ha adquirido en las últimas décadas, tal y como se ha podido contrastar en los trabajos de campo realizados por este equipo.

Lo que sí se sabe de este muérdago es que se apropia del agua, minerales y otros nutrientes de la planta hospedante. Sus tallos contienen clorofila por lo que fabrican hidratos de carbono, pero no en cantidades suficientes para suplir todas sus necesidades. Se ha comprobado que los individuos de Arceuthobium no dependen de sus tallos para sobrevivir, pueden vivir largo tiempo sin producir tallos.

En general, para todas las relaciones de parasitismo interespecífico, y esta es una más, durante el período vegetativo (crecimiento) del parásito, la presión osmótica de sus células es más elevada que la de la planta parasitada. Estas insignificantes, pero suficientes, diferencias entre la presión osmótica del tejido del árbol infectado y del parásito son las que generan la distribución o colonización por Arceuthobium. Cuando una rama se coloniza de muérdago utiliza más nutrientes de los que puede compartir y de este modo el crecimiento en diámetro de estas ramas aumenta, lo que explica la hinchazón de las mismas. Las ramas colonizadas del mismo verticilo tienden a vivir un tiempo después de que las ramas adyacentes no infectadas se han secado. Progresivamente aumenta la apropiación de nutrientes por las ramas infectadas, declinando el vigor del árbol. Entonces la superficie efectiva para realizar la fotosíntesis de las ramas no infectadas se reduce por debajo de la necesaria para sustentarse el árbol y consecuentemente muere (V. RIOS INSUA, 1987).

La zona de reconocimiento se podría circunscribir sobre un semi-circulo de centro en el vértice geodésico Solana (1.293 m) y eje de simetría con 290º N. Sobre dicha zona pre-definida se ha constatado la presencia y evolución de Arceuthobium oxycedri fundamentalmente sobre las laderas orientadas a poniente (W – NW) de la denominada como Sierra de Hoyo de Manzanares, en su vertiente de aguas al Guadarrama, y en menor medida en las laderas con vertiente al Manzanares. Coloniza casi exclusivamente al enebro Juniperus oxycedrus L., y en casos aislados la arizonica, Cupressus arizonica, de setos de urbanizaciones. Estas líneas no son una representatividad de su distribución, que tendría que ser objeto de un estudio más exhaustivo, sino una constatación de su presencia, y aun más, de su dinámica poblacional, pues en la década 2000-2010, su área de distribución, o de colonización, en la zona de reconocimiento, se ha aumentado en al menos un 30 % de la tomada como original.

Los daños que produce Arceuthobium oxycedri sobre los indivisduos que coloniza son principalmente la reducción en la producción de semillas y la calidad de la madera, haciéndose a la vez más propenso a la pudrición por hongos (V. RIOS INSUA, 1987). Cuando la infección ha alcanzado un grado alto, el crecimiento en altura y en diámetro del árbol se ve afectado (HAWKSWORTH, 1961), incluso se ha comprobado que el muérdago puede llegar a matar al árbol.

En la zona de reconocimiento establecida se ha evidenciado un paulatino incremento en la mortalidad de enebro en función del avance del periodo estimado, es decir a final de la década se han constatado más individuos de enebro muertos o decrépitos con presencia del muérdago, y mayor porcentaje de individuos colonizados, lo que supone una clara y marcada tendencia de su proliferación y colonización.

Cuando el muérdago se establece sobre una rama de enebro, normalmente se produce la hinchazón de los tejidos de la planta parasitada en el punto de la infección, transcurrido un tiempo las hinchazones se alargan y toman formas fusiformes. Como es típico en otros muérdagos, las infecciones de muérdago enano o del enebro inducen a la producción de masas densas y profusas de ramas distorsionadas de la planta infectada a las que se les llama en el argot forestal "escobas de brujas"(V. RIOS INSUA, 1987. En etapas avanzadas de la infección, se extiende a lo largo del tronco del enebro, colonizando cada vez más zonas leñosas o lignificadas. Los factores externos son la causa principal de la variabilidad de infección según el tipo de hábitat (HAWKSWORTH & WIENS, 1972). El tiempo necesario para que un muérdago enano liquide o extinga un individuo de enebro es muy variable y depende de varios factores:
— Relación entre árbol infectado y parásito.
— Grado de infección del árbol.
— Vigor del árbol.
— Situación climática y ecológica en la que el árbol crece.
— Actividad de plagas y enfermedades de carácter secundario (Barrenillos, hongos,...).

Arceuthobium oxycedri fue descrito en sus comienzos identificativos como "muy local" (TUTIN, HEYWOOD, BURGES y otros, 1964), pero recientemente se ha constatado que se trata de una de las especies de más amplia distribución geográfica. Al principio, fue reconocida como la única especie existente en el Antiguo Continente y la única que parasitaba al género Juniperus (TURRILL, 1920). Posteriormente se discutió la repartición de esta planta parásita que se creía abarcaba todo el área mediterránea europea y africana, incluidas las Azores y Portugal (PALHINHA, 1942) y el Oriente Medio hasta Cashemira. También se citaron poblaciones aisladas de oxycedri en los Montes Aberdare en Kenya y en Etiopía. WIENS (1968) y HAWKSWORTH & WIENS (1972) comentaron la extraordinaria distribución de Arceuthobium y se cuestionaron si todos los elementos geográficos asignados al mismo representarían de hecho una sola especie.

Trabajos de campo realizados a finales del siglo XX en Azores, España, Marruecos, Argelia, Etiopía, Kenya y Pakistan han demostrado que existen tres especies distintas parasitando los enebros: A. azoricum de Azores que parásita Juniperus brevifolia (SEUB.), A. juniperi-procerae de Etiopía y Africa Oriental que parásita Juniperus procera HOCHST., y A. oxycedri en sentido estricto que ocupa los elementos restantes de la distribución mencionada y cuyas plantas parasitadas ya hemos nombrado. En concreto, diremos que A. oxycedri parásita dentro de los siguientes países de Europa: Portugal (PALHINHA, 1942), España, Francia, Córcega (muestra existente en USA), ¿Italia? (TUTIN, HEYWOOD, BURGES y otros, 1964), Yugoslavia, Hungría, Albania, Grecia, Bulgaria, U.R.S.S. (Crimea). De Africa: Argelia y Marruecos. De Asia: Turquía, Líbano, Siria, Irán, U.R.S.S. (Armenia, Georgia, Turkmen S.S.R. Tadzhik S.S.R.) (KOMAROV, 1936), Pakistan, India y Xizang (China) (Fig. 12).

En España se encuentra citada en los enebrales de la zona Centro como Colmenar Viejo, Hoyo de Manzanares, Manzanares el Real, Becerril de la Sierra, y Collado-Villalba (Madrid) y de la zona de Levante como los Montes Carrascals de la Comarca Els Ports (Castellón).

Apenas, por no decir nunca, se realizan tratamientos sanitarios para combatir este colonizador, pues la especie hospedante no tiene interés productivo, y su aplicación, basada en glifosato y sal-amina produce daños colaterales en los individuos hospedantes y en los de su entorno natural. No obstante, y dado el enorme valor ecológico del enebro en la estación de reconocimiento, pues es el verdadero valedor en la reducción de la intensidad de la erosión y el primer paso para la consecución de la serie climática mixta con encinares guadarrámicos, que añadido al lento desarrollo vegetativo del enebro, supone que al menos se deba valorar adecuadamente por los organismos competentes en la conservación del medio la circunstancia ralentizadora del muérdago sobre la adecuada evolución del enebral en las zonas de transición del sistema guadarrámico.

MODIFICACIÓN del PRUG del Parque Natural del ALTO TAJO y su aplicación a los PLANES TÉCNICOS DE CAZA

El 4 de mayo de 2010 se publicó oficialmente la Orden de 22/04/2010, de la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente de la JCCLM, por la que se aprueba la revisión del Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Natural del Alto Tajo, en dos de sus apartados.

Uno de ellos, el más extenso y de mayor desarrollo, se corresponde con la regulación de la caza en los dominios administrativos del Parque Natural, y que es de aplicación para todas las revisiones de los Planes Técnicos de Caza de los cotos que, incluyéndose en los terrenos adscritos el Parque, se realicen a partir de esta temporada 11/12.

El texto argumenta que “Con el fin de minimizar molestias durante el periodo reproductor de las rapaces rupícolas nidificantes en los cortados y puntales rocosos del Parque Natural (en adelante: áreas de interés para las rapaces rupícolas) y garantizar su conservación, los cotos de de caza podrán optar por una de las siguientes alternativas que deberán establecerse en el Plan Técnico de Caza e incorporarse en su resolución aprobatoria:

1.- En manchas y/o ganchos así como aquellos polígonos de caza menor que coincidan con ellos y que engloben áreas de interés para las rapaces rupícolas, quedará prohibida la actividad cinegética entre el 15 de enero y el 15 de agosto.

2.- En aquellas situaciones en que por motivos de gestión del coto no sea posible la aplicación del punto anterior se establecerá como calendario restringido el periodo comprendido entre el 1 de febrero al 31 de mayo, siempre que en el periodo de redacción del Plan Técnico correspondiente se ubique al menos el 50% de la zona de reserva en las áreas de interés para las rapaces rupícolas, especialmente aquellas que finalizan su periodo reproductor en el mes de agosto (buitre leonado y alimoche)

Solo en el caso de que la zona de reserva de caza se localice de forma que proteja con efectividad la totalidad de las áreas de interés para las rapaces rupícolas de la unidad de gestión cinegética (el coto en su totalidad, manchas o ganchos aislados) y tenga el informe favorable del Parque Natural, dicha unidad de gestión cinegética no quedaría afectada por el calendario restringido establecido en los puntos 1 y 2.


Para el caso de la modalidad de rececho del corzo, aprobada ordinariamente entre el 1 de abril y el 31 de julio, la actividad cinegética a realizar durante la época de calendario restringido detallado en los puntos 1 y 2 (calculada entre el 1 de abril y el 31 de mayo), se aplicará únicamente en el entorno de los cortados rocosos, estableciendo una banda de seguridad que presente una anchura de 150 m desde el borde o extremo del mismo.

No obstante y de forma extraordinaria, si durante el periodo de vigencia del Plan Técnico de Caza se apreciase alguna variación sustancial de la ubicación y/o composición de las colonias de cría de este grupo de aves, el Parque Natural podría proponer a la Dirección General competente en materia de gestión cinegética la variación de la ubicación de la zona de reserva previo acuerdo con los gestores del coto afectado.”